Con un recorrido vertiginoso por el mundo de la filosofía, la ética, la historia de las ideas y la educación, el Dr. Salvador Leaño Flores, rector del Instituto de Especialización para Ejecutivos, impartió este sábado el módulo “Reconocimiento, definición y solución de problemas”, a casi 150 directivos de la Universidad de Colima, en el Archivo Histórico, dentro del Programa de Formación Directiva (PROFODIR).
Durante más de tres horas, Leaño Flores compartió 5 herramientas para que las y los directores puedan enfrentar mejor los problemas del día a día: Tomar decisiones, Dirigir y administrar, La fenomenología del dirigir, Habilidades prácticas del directivo y Autoridad y ética.
Antes, ofreció un contexto para saber cómo usar estas herramientas. Partió de la idea de que todos y todas, en mayor o menor medida, enfrentan problemas y que a quienes dirigen, “se les paga por resolver problemas y tomar decisiones”.
Él entiende la educación no como la adquisición de habilidades para la vida, sino como un proceso en el que la persona se transforma en su mejor versión. En este sentido, comentó, un director o directora trabajan con personas a las que de alguna manera también transforman.
Habló mucho de las ideas, a las que calificó de “poderosas”. Por ello, propuso entender las ideas que mueven a la gente. Si esto se logra, aseguró, “es posible entender a las personas que trabajan en una institución o empresa”.
Recordó que la Universidad de Bolonia, la más antigua del mundo, la formaron maestros y alumnos dedicados a la búsqueda de la verdad, no a la producción de bienes. Para esta búsqueda, dijo, es importante el entendimiento, al que definió como “la acción suprema del intelecto; es captar el sentido de las cosas, el significado de un hecho. Hasta los mafiosos tienen entendimiento”.
En cuanto a la primera herramienta, dijo que las decisiones se toman a partir de la información que se tiene. Él propuso, como hacen en Finlandia, que sea una proporción de 80 a 20; esto es, 80 por ciento de información, de datos, y un 20 por ciento de incertidumbre.
En México, comentó, esta proporción es al revés, aquí las personas se guían más por lo que les late. Dijo también que las mejores decisiones las toman quienes aman lo que hacen, ya que además, toda elección implica renunciar a algo más; “la gente exitosa es la que más veces dice no, porque sabe a dónde va. Un directivo lo que hace es administrar la incertidumbre de la gente”.
La herramienta número dos, Dirigir y administrar, implica que un directivo debe fijar el rumbo y el ritmo; esto es, qué tan rápido y qué necesita para llegar a dónde quiere llegar. “El mundo de la dirección es el de la soledad, puedes escuchar opiniones, pero debes decidir solo, y aunque delegues, la cara la debes dar tú”.
La fenomenología de dirigir se refiere a la habilidad de hacer y dejar hacer; “el que dirige debe saber hacer, hacer que los demás hagan y, lo más difícil, dejar hacer. Una buena manera de lograrlo es buscar siempre el bien mayor y el mal menor. Hay que pasar del yo al nosotros, aprender a delegar y tolerar más”.
Sobre las habilidades prácticas del director o la directora, aseguró que “el mejor líder es quien ve las potencialidades de los demás”. Aclaró que “un jefe opera desde el poder, pero un líder lo hace desde el servicio; es decir, viendo qué puede hacer por los otros. En este tema advirtió que, en un equipo de trabajo, afectan lo mismo el que no hace nada que quien hace muchísimo, ya que ambos alteran el equilibrio.
La última herramienta, autoridad y ética, se refiere a saber distinguir entre el poder y la autoridad. El poder lo da el puesto, pero la autoridad de una persona es moral; su fortaleza viene de saber enfrentar los contratiempos diarios, del carácter con el que enfrenta al destino y el azar.
La ética, en este contexto, dijo que sirve para vivir y enfrentar los contratiempos de la vida. “No necesitamos más gente inteligente (incluso hay Inteligencia Artificial), de ésa ya hay mucha; lo que necesitamos es gente buena”.
Para finalizar, comentó que “si amas algo o a alguien, lo quieres ver en su mejor versión, y esto implica no sólo la parte económica, sino el ser, el compromiso con la verdad. Se educa con el convencimiento, pero se convence con el ejemplo”. Propuso, en este sentido, no ser artesanos; es decir, no hacer ni repetir lo mismo que los demás, sino artistas, seres únicos que van marcando su propio rumbo.
El PROFODIR se ha propuesto como objetivo la formación integral de los líderes universitarios. Es una iniciativa de la UdeC que busca sobre todo fortalecer la función directiva y contribuir al mejor logro de los objetivos institucionales.
Sólo restarían los módulos: Manejo del tiempo y el estrés, comunicación y motivación y trabajo colaborativo.