La primera ministra de Gran Bretaña, Theresa May, está bajo presión para retrasar la salida del país de la Unión Europea tras demorar una votación sobre su acuerdo del Brexit con el bloque.
“Está a nuestro alcance irnos con un acuerdo” el 29 de marzo, opinó la premier, a pesar de que la Unión Europea la exhorta a demorar el Brexit.
May se reunirá el lunes con líderes comunitarios _ incluyendo la canciller de Alemania, Angela Merkel, y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, durante una cumbre entre la UE y la Liga Árabe en el balneario egipcio de Sharm El-Sheikh en un intento por lograr esquivos cambios en el pacto de divorcio entre Bruselas y Londres.
Por su parte, el presidente del Consejo Europeo Donald Tusk dijo que las posibilidades de que un acuerdo de Brexit se concrete se alejan y exhortó a May a pedir que se prolonguen las negociaciones.
Tusk dijo el lunes que “es claro que no hay mayoría en la Cámara de los Comunes para aprobar el acuerdo”.
“Creo que en la situación en la que estamos, una extensión sería una solución racional”, agregó, y que los 27 socios europeos de May deberán mostrar una “comprensión máxima”.
La Cámara de los Comunes británica ya rechazó un acuerdo a finales de enero y May tiene poco más de un mes para conseguir que los legisladores lo respalden antes de la fecha oficial del Brexit, el 29 de marzo.
La dirigente dijo que la nueva votación no se celebrará esta semana y que podría retrasarse al 12 de marzo.
Las objeciones de los parlamentarios al documento se centran en una disposición para la frontera entre el territorio británico de Irlanda del Norte y la República de Irlanda, que forma parte de la UE. El mecanismo, conocido como salvaguarda, mantendría a Londres en la unión aduanera para evitar la necesidad de instalar controles a lo largo de la frontera irlandesa hasta que se alcance un nuevo acuerdo comercial permanente.
May quiere modificar el documento para asegurar a los legisladores británicos que la salvaguarda solo se aplicará de forma temporal.
Pero desde Bruselas se insiste en que el acuerdo de salida, que es legalmente vinculante y en cuya negociación se invirtió un año y medio, no puede reabrirse.
Un grupo de legisladores intentará esta semana obligar al ejecutivo a que retrase el Brexit antes de que el país abandone el bloque sin acuerdo. Quieren que la cámara baja vote el miércoles para ampliar el proceso de negociación.
La diputada laborista Yvette Cooper, una de las impulsoras de la iniciativa, explicó que es una irresponsabilidad por parte del gobierno que a apenas unas semanas, «sigamos sin saber qué tipo de Brexit vamos a tener y ni siquiera vamos a tener una votación hasta dos semanas antes de la fecha límite”.
«No veo cómo pueden organizarse las empresas, no veo cómo pueden organizarse los servicios públicos y creo que eso es muy perjudicial”, dijo Cooper a la BBC.