CDMX.- El Congreso de la Ciudad de México aprobó este martes una reforma sin precedentes que prohíbe el maltrato en las corridas de toros, marcando un punto de inflexión en la tauromaquia capitalina. Con 61 votos a favor y uno en contra, la medida, promovida por la Jefa de Gobierno Clara Brugada y respaldada por más de 27 mil firmas ciudadanas, establece un esquema sin derramamiento de sangre, donde los toros no podrán ser lastimados ni sacrificados.
Las corridas de toros han sido parte de la historia de la Ciudad de México desde la época colonial. La Plaza México, inaugurada en 1946, ha sido el principal escenario de esta práctica, considerada por algunos como arte y patrimonio cultural. Sin embargo, en los últimos años, el debate sobre la crueldad animal ha tomado fuerza, impulsando repetidos intentos de regular o erradicar la tauromaquia.
Desde hace casi 20 años, diversas propuestas han buscado limitar o prohibir estos eventos en la capital. En 2022, un juez ordenó la suspensión temporal de las corridas, pero la presión de sectores taurinos y defensores de los animales mantuvo el tema en el centro del debate. Finalmente, en 2025, la iniciativa de Clara Brugada logró consenso, equilibrando la conservación de la tradición con el bienestar animal.
La nueva normativa veta el uso de instrumentos como espadas y banderillas y establece que los toros deben regresar a sus ganaderías tras el espectáculo. Asimismo, amplía la duración máxima de cada corrida de 10 a 15 minutos por animal, con el objetivo de modernizar el evento sin alterar su esencia.
Durante la sesión en el Congreso, se llevaron a cabo manifestaciones tanto de activistas en defensa de los animales como de seguidores de la tauromaquia. Mientras los primeros celebraron la reforma como un logro significativo, los segundos la consideraron una “prohibición encubierta” que amenaza el sustento de miles de trabajadores del sector.
Si bien la reforma supone un paso adelante en la protección animal, también plantea desafíos para la industria taurina. Empresarios y toreros deberán ajustarse a un esquema menos agresivo, pero que sigue generando controversia. A su vez, los grupos animalistas han advertido que continuarán buscando la prohibición total de las corridas en la Ciudad de México.
