El buen ejemplo se contagia. Cuando una persona logra perder varios kilos de más, los individuos cercanos a ella tienen más posibilidades de recuperar su propia figura.
Una investigación realizada por el Hospital de Miami y la Universidad de Brown (Estados Unidos) encontró que los miembros de un equipo que se proponen bajar de peso obtienen resultados similares y, además, cada persona atribuye su propio logro al trabajo en conjunto.
″A todos nos influyen los individuos que nos rodean, por lo cual si podemos aprovechar esta influencia positiva de la presión social es posible crear un ambiente que ayude a las personas a controlar el peso″, afirma la psiquiátra Tricia Leahey, que condujo el estudio publicado en la revista Obesity.
UN OBJETIVO EN COMÚN
Leahey explica que se sabe de antemano que ″la obesidad puede ser socialmente contagiosa″ y se propusieron averiguar si lo mismo sucede con la pérdida de peso. La especialista trabajó con la información de 3.330 personas con sobrepeso u obesidad que participaron en una competencia. Los individuos formaron grupos de 5 a 11 miembros que competían con otros equipos para ver quien lograba perder más peso.
Leahey notó que los resultados obtenidos por cada persona dependían muy fuertemente del equipo al que pertenecía, es decir que los voluntarios que perdieron mucho peso solían pertenecer al mismo grupo. Además, los equipos con más miembros tendieron a obtener mejores resultados.
″Estar rodeado de personas con los mismos objetivos, trabajando en conjunto para conseguir lo mismo, realmente puede ayudar a los individuos que quieren bajar de peso. Esto sugiere que los miembros de un equipo se influyen entre sí, quizás al hacerse responsables uno frente al otro, compartir expectativas de resultados y darse apoyo y motivación″, afirma Leahey.
