¿QUÉ VIENE?
Por: SEAN OSMIN HAMUD RUIZ
¿Quién tendrá la culpa? ¿Zedillo, Fox, Calderón, Peña? ¿O acaso aquel hombre prehistórico que descubrió los hongos alucinógenos y comenzó el camino de las adicciones?
La realidad es que todos, incluyendo a López Obrador y a Sheinbaum.
Y también, por supuesto, cada uno como sociedad en general. En este asunto de la penetración a todos niveles que ha ido sucediendo con el fenómeno del crimen organizado y sus consecuencias, consciente o inconscientemente, hemos puesto nuestro granito de arena.
Y entonces ¿Qué hacer? La pregunta del millón.
Un problema tan complejo debe pasar por múltiple análisis, estrategias y decisiones. Pero el primer paso debe darse, contundentemente, en un solo sentido: el control.
Por supuesto que un aspecto de ello debe pasar por la seriedad que implica pensar en la legalización, pero no seamos inocentes, es engorroso esperar a que esto suceda.
La otra cara de la moneda es que la autoridad, con esa facultad conferida desde la teoría general del Estado, ejerza el debido monopolio de la fuerza y, manotazo en la mesa incluido, comience a meter en cintura a todos los implicados.
La persecución de los delincuentes y sus redes financieras, operativas, sociales ya es impostergable.
Hay mucha razón cuando se piensa que a lo largo de mucho tiempo se ha pateado el balón hacia adelante, o hacia un lado, o incluso, no se ha pateado, eso está en el pasado.
Lamentarse de la crítica, echar culpas ajenas o quejarse del cochinero heredado, ya no vale.
¿Cuántos desaparecidos más se requieren? ¿Cuántas fosas clandestinas? ¿Cuántos homicidios? ¿Cuántos crematorios ilegales?
Presidenta Sheinbaum, BASTA.
MICROCUENTO
Emoción. Tocado en el corazón y conmovido. Una sencilla escenografía, una iluminación bien lograda, unas actuaciones pulcras. “Salvador. El niño, la montaña y el mango”, digna de ver y disfrutar. Gracias Janet.
