Unas 5,500 personas del populoso sector bogotano de Bosa han visto inundarse sus casas y en algunos casos perder todo sin poder hacer nada para impedirlo. Según pudo comprobar hoy Efe en un recorrido por varios barrios del suroccidente de la capital, el agua sobrepasa el metro y medio de altura, lo que genera fétidos olores y tapa viviendas.
En Bosa, al menos diez conjuntos residenciales resultaron anegados por las aguas, según dijo Urueña. «Aquí no hay condiciones para vivir. Todo está inundado y no hemos recibido ayuda de nadie. La Policía y la Defensa Civil ayudan sacando a la gente en lanchas, pero de resto, nada», dijo a Efe Nubia Morera, una de las afectadas por las lluvias.
Gentes con el agua a la cintura y cargando enseres, niños sobre los hombros de sus padres y personas llorando son las escenas que se repiten en calles convertidas en ríos por causa de las precipitaciones y el desbordamientos de caños y del río Bogotá. «Tenía un panadería y me fui a pérdida total», dice con voz entrecortada Enrique Aldana.
La mayoría de los conjuntos residenciales, algunos de hasta cinco plantas, no tienen agua, luz ni teléfono, servicios que han colapsado con el avance de las aguas. Además de viviendas casi tapadas por las aguas, hay automóviles que sus dueños casi dan por perdidos debido a los daños.
La Alcaldía Mayor de Bogotá pidió a la población que para mitigar el efecto de las lluvias, reduzca el consumo de agua para evitar que vaya al río Bogotá y agrave más la compleja situación. Un primer censo realizado por el Fondo de Prevención y Atención de Emergencias de Bogotá (Fopae) indica que solamente en el sector de Bosa han resultado afectadas 2,700 viviendas y 1,960 familias.
«No tenemos a donde ir», asegura Ángela Camacho, una vecina que manifiesta temor por dejar su vivienda, porque pese a que la Policía ha acordonado la zona, los «ladrones pueden aprovechar para robar».
Añade que hay brigadas de salud que están vacunando a la gente, pero que ya se ven ratas y culebras que salen de los caños en busca de lugares secos. «Para nosotros no hubo noche de velitas (una celebración prenavideña en Colombia). Nos tocó dormir en una carpa comunitaria» agrega al tiempo que lamenta que no se materialicen las ayudas económicas anunciadas por la alcaldía.
Las autoridades municipales han prometido que a quienes tengan que abandonar sus viviendas, se les otorgará un subsidió para pagar arriendo por un mes. Preventivamente, la alcaldesa designada, Clara López, y el Comité Distrital de Emergencias declararon el lunes pasado a Bogotá en situación de emergencia.
Eso ha permitido acceder directamente a recursos para atender 115 puntos críticos de la ciudad en peligro de deslizamiento, entre ellos varios de las laderas de los Cerros Orientales, cadena montañosa que marca el límite urbano este de la ciudad.
De otro lado, el ministro de Minas y Energía, Mauricio Cárdenas Santamaría, afirmó que el gobierno está monitoreando los embalses del país, pues algunos de ellos están muy cerca del límite de su capacidad, como es el caso de Betania (en el departamento del Huila) y Prado (Tolima).
Según datos del Socorro Nacional de la Cruz Roja Colombiana (CRC) entregados hoy a Efe, las inundaciones y deslizamientos causados por las lluvias desde septiembre hasta el 7 de diciembre han ocasionado 134 muertos, 114 heridos y 13 desaparecidos en todo el país. No están contabilizadas aun las víctimas del alud que cayó anoche sobre un autobús en Santander.
En total 534,824 personas han resultado, de alguna manera, damnificadas por las precipitaciones que se han dejado sentir con mayor rigor en 410 municipios en 27 de los 32 departamentos del país.
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