El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, afrontaba una presión creciente el martes por las demandas de la Unión Europea de que aplique reformas económicas, y su principal socio de coalición advirtió de que el Gobierno podría caer por este motivo.
Los dirigentes europeos, encabezados por la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, han pedido a Berlusconi que presente planes creíbles de crecimiento y reducción de su enorme deuda a tiempo para una cumbre europea que se celebra el miércoles en Bruselas.
Sin embargo, una reunión de urgencia del gabinete celebrada el lunes por la noche acabó sin acuerdo después de que la Liga Norte, el principal aliado del gobierno de centroderecha, se negara a dar marcha atrás a su oposición a retrasar la edad de jubilación a los 67 años.
El martes, mientras se celebraban varias reuniones políticas en Roma, el líder de la Liga, Umberto Bossi, dijo que el desacuerdo podría provocar la caída del Gobierno y la convocatoria de elecciones anticipadas.
«El Gobierno está en peligro», dijo Bossi a los periodistas en el Parlamento. «La situación es difícil, muy peligrosa. Este es un momento dramático».
Berlusconi, implicado en numerosos escándalos y cuya popularidad está cayendo en los sondeos, ha sobrevivido a varias mociones de confianza este año con ayuda de la Liga Norte, pero los analistas no creen que pueda aguantar mucho más, y han previsto elecciones anticipadas para la próxima primavera.
Poniendo de manifiesto el peligro potencial del asunto de las pensiones, el diario de la Liga, La Padania, tituló «Enfrentamiento final sobre las pensiones. Hoy es el día D. No al retraso de la edad de jubilación. La Liga no dará un paso atrás».
El peligro de una caída del Gobierno tiene lugar cuando Italia se encuentra en el corazón de la crisis de la eurozona y aumenta la preocupación sobre su capacidad para evitar perder el control de una enorme deuda de 1.800 millones de euros y de poner en peligro a toda la zona euro.
El rendimiento de los bonos italianos a 10 años se encuentra justo por debajo del seis por ciento, no muy lejos de los niveles que alcanzaron en agosto, cuando el Banco Central Europeo intervino para ayudar a reducir los costes de financiación de Italia comprando sus bonos en el mercado.
El ministro de Infraestructuras, Altero Matteoli, dijo que no habrá una reunión del Gobierno, pero que Berlusconi podría de todos modos llevar propuestas a Bruselas.
«Si hay un acuerdo, el primer ministro lo llevará a Europa. Podemos pasar la provisión después», agregó.
Italia depende del BCE para mantener sus costes de financiación en niveles razonables, pero Berlusconi ha reaccionado airadamente a la presión de Merkel y Berlusconi, considerada como una humillación. El lunes emitió un comunicado en el que decía que ningún país europeo estaba en posición de dar lecciones a sus socios.
Con información de Reuters
