Suiza.- Otra generación de mujeres tendrá que seguir esperando a la paridad de género, según el Informe Global Sobre la Brecha de Género de 2021 del Foro Económico Mundial (FEM).
A medida que el impacto de la pandemia de COVID-19 continúa desarrollándose, el tiempo que se tardará en eliminar la brecha de género global ha aumentado en una generación: de 99.5 a 135.6 años.
El avance hacia la paridad de género se está estancando en varias grandes economías y sectores industriales. En parte, esto se debe a que, con mayor frecuencia, las mujeres ocupan empleos en los sectores más afectados por los cierres, sumado a las presiones adicionales de sus ocupaciones asistenciales en el hogar.
El informe, ahora en su decimoquinto año, compara la evolución de las brechas de género en cuatro áreas: participación y oportunidad económicas, logros educativos, salud y supervivencia, y empoderamiento político. Además, examina las causas de las brechas de género y describe las políticas y prácticas necesarias para una recuperación inclusiva.
El deterioro de este año se atribuye, en parte, a una creciente brecha de género en la política en varios países de gran población. A pesar de que la mitad de los 156 países incluidos en el informe registraron una mejora, las mujeres todavía ocupan apenas el 26.1 por ciento de los escaños parlamentarios y solo el 22.6 por ciento de los puestos ministeriales en todo el mundo.
Según su trayectoria actual, se prevé que la brecha de género en la política tarde 145.5 años en eliminarse, en comparación con los 95 años de la última edición del informe, lo que representa un aumento de más del 50 por ciento.
La brecha de género económica ha experimentado solo una mejora mínima desde la edición 2020 del informe y se espera que tarde otros 267.6 años en eliminarse. El lento avance se debe a tendencias opuestas; si bien la proporción de mujeres entre los profesionales cualificados sigue aumentando, persisten las disparidades de ingresos y pocas mujeres ostentan puestos en equipos directivos.
Aunque estos datos no son alentadores, las brechas de género en educación y salud están casi eliminadas. En educación, aunque 37 países ya han alcanzado la paridad de género, se necesitarán otros 14.2 años para eliminar por completo esta brecha, debido a la ralentización de los avances. En salud, se ha eliminado prácticamente el 95 por ciento de esta brecha de género, lo cual supone un descenso mínimo desde el año pasado.
“La pandemia ha afectado significativamente a la igualdad de género, tanto en el lugar de trabajo como en el hogar, lo que supone retroceder años de progreso. Si aspiramos a una economía futura dinámica, resulta esencial que las mujeres estén presentes en los puestos de trabajo del futuro. Ahora más que nunca, es decisivo centrar la atención en el liderazgo, el compromiso con objetivos firmes y la movilización de recursos; es el momento de incorporar la paridad de género, integrándola en la recuperación”, afirmó Saadia Zahidi, directora gerente del Foro Económico Mundial.
Impacto de la COVID-19 en las mujeres
La pandemia de COVID-19 ha afectado a todos los trabajadores, pero la repercusión en las mujeres ha sido más acuciada que en los hombres, con tasas más altas de pérdida de empleo (5% frente al 3.9% entre los hombres, según datos de la Organización Internacional del Trabajo), en parte debido a su representación desproporcionada en sectores directamente afectados por los cierres, como el sector de consumo. Los datos de los Estados Unidos también muestran que entre las mujeres más afectadas suelen encontrarse grupos sociales y étnicos históricamente desfavorecidos.
Los datos de una encuesta de IPSOS muestran que, tras el cierre de los establecimientos de servicios asistenciales, las responsabilidades del trabajo en el hogar, así como el cuidado de niños y ancianos recayeron de manera desproporcionada en las mujeres, lo que contribuyó a niveles superiores de estrés y niveles inferiores de productividad.
Por último, a medida que el mercado laboral se recupera, los datos de LinkedIn muestran que las mujeres están siendo contratadas a un ritmo más lento en distintas industrias, con menor probabilidad de que sean contratadas para puestos de liderazgo, lo que resulta en un retroceso del avance de entre 1 y 2 años.
Representación de la mujer en puestos de trabajo emergentes
Los sectores con una representación históricamente baja de mujeres también están experimentando un rápido crecimiento de los “trabajos del futuro”.
Por ejemplo, en servicios en la nube, las mujeres conforman solo el 14 por ciento de las plantillas; en ingeniería, el 20 por ciento, y el 32 por ciento en big data e inteligencia artificial. Esto hace que sea más difícil para las mujeres cambiarse a estos puestos emergentes que para los hombres.
El informe ofrece nuevas métricas que permiten hacer seguimiento del avance, con vistas a la eliminación de las diferencias de género en los trabajos del futuro. Aunque las ocupaciones asistenciales y educativas también ofrecen áreas de crecimiento futuro y cuentan con una mayor representación de mujeres, a menudo son puestos peor remunerados que otros trabajos del futuro.
Cómo configurar una recuperación con igualdad de género
El efecto combinado de la automatización acelerada de la pandemia, el creciente «turno doble» de trabajo y cuidados, en paralelo con otras dinámicas del mercado laboral tales como la segregación ocupacional, probablemente tengan un impacto a largo plazo en las futuras oportunidades económicas de las mujeres, donde existe el riesgo de que haya menores perspectivas de recontratación y una caída continua de los ingresos.
En el informe se proponen diversos modos operativos para que los países trabajen orientados hacia la eliminación de sus brechas de género.
Entre ellos se incluyen los siguientes:
- nuevas inversiones en el sector de los cuidados y acceso equitativo a permisos de ausencia para trabajadores de ambos géneros
- políticas y prácticas que se enfoquen de manera proactiva a la superación de la segregación ocupacional por género
- políticas eficaces de desarrollo de habilidades a lo largo de la carrera profesional, que apliquen una perspectiva de género
- prácticas de gestión que incorporen prácticas sólidas e imparciales de contratación y promoción. BP