José Israel Michel Sánchez, estudiante de la carrera de Ingeniero Agrónomo de la Universidad de Colima, campus Tecomán, trabaja en el proyecto “Solución Nutritiva con incorporación de Arthrobacter Sp. en el rendimiento de melón Var. Honeydew”.
En entrevista, el joven comentó que el objetivo de este proyecto es evaluar el efecto de la incorporación de la bacteria llamada Arthrobacter Sp. con fertilización al 80 por ciento sobre el rendimiento del cultivo de melón.
“La información respecto a la aplicación de microorganismo en sistemas protegidos en Colima es limitada; por ello, el propósito es evaluar la eficiencia de las rizobacterias promotoras de crecimiento vegetal en el rendimiento de melón cuando éste se produce con una fertilización mediante solución nutritiva reducida al 20 por ciento, lo cual permite generar una estrategia para reducir el uso excesivo de fertilizantes sintéticos (químicos) y disminuir que los suelos se sigan degradando”, detalló.
Dijo que los beneficios de las Rizobacterias Promotoras de Crecimiento Vegetal (RPCV) promueven el crecimiento de las plantas mediante la producción de fitohormonas y reguladores de crecimiento y solubilización de nutrientes; también aumentan la absorción de nutrientes y resistencia contra fitopatógenos (microorganismos que trasmiten enfermedades a las plantas).
Michel Sánchez indicó que para este proyecto la planta se encuentra en bolsas con una mezcla de sustratos donde recibe, por medio de goteo, los nutrientes necesarios para su crecimiento. Además, continuó, “se utiliza el sistema de espaldera, un soporte que forma una estructura en forma de barras o alambres sobre los que se dispone el cultivo y los toma como guía en su crecimiento”.
Destacó que actualmente se tiene alrededor del 80 por ciento de avance de este proyecto, en el que gracias a los sistemas utilizados, a las soluciones nutritivas y bacterias, las plantas no han presentado síntomas de enfermedades ni plagas, y al suelo no se le ha puesto ni un sólo químico.
Por su parte, Felipe García López, profesor del plantel y asesor de este proyecto, mencionó que lo nuevo en este proyecto es la utilización de la técnica de espalderas con bacterias, algo que no se había hecho en el estado. “Bajo las condiciones que tenemos aquí, además de que se tiene la idea de que el cultivo del melón es exclusivamente para campo abierto y en extensiones muy grandes, en nuestro caso podemos reducir esas hectáreas hasta en un 50 o 70 por ciento con este tipo de sistemas, con lo que vemos que se pudiera reducir la cantidad de área requerida para tener mayor rendimiento”.
Concluyó que una de las ventajas de esta técnica es que se tiene mayor tamaño del fruto y sobre todo mejora su calidad, “ya que al tenerlo en un sistema con espalderas, nosotros no tenemos el problema de manchado de piso, situación que, para evitarla, los productores que utilizan la técnica tradicional tienen que poner una base a cada uno de los melones; en nuestro caso, al estar el fruto suspendido, no tenemos ese tipo de manchas que deterioran mucho la calidad de fruto, por lo que obtendremos un producto en buen estado e inclusive apto para su exportación”.