El Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, conminó a los líderes a tomar medidas urgentes con el objetivo limitar el calentamiento de la Tierra a 1.5 grados centígrados para fin de siglo con respecto a los niveles preindustriales y alertó de la desgracia que el fenómeno acarreará si no se actúa con celeridad.
António Guterres reaccionó enérgicamente tras la publicación del más reciente informe del Panel Intergurbernamental sobre Cambio Climático (IPCC), que indica que las emisiones de carbono del periodo 2010-2019 fueron las más altas registradas en la historia y que todos los sectores económicos llevan su parte de responsabilidad.
El mundo va por la vía más rápida hace el desastre, dijo Guterres, haciendo eco del llamado de los científicos a actuar ahora o nunca para frenar el alza de las temperaturas.
Hablar de la extinción de millones de especies de plantas y animales “no es ficción ni exageración Es lo que la ciencia nos dice que resultará de nuestras políticas energéticas actuales”, señaló.
Los líderes mienten
“Estamos en camino hacia un calentamiento global de más del doble del límite de 1.5°C acordado en París en 2015. Algunos líderes gubernamentales y empresariales dicen una cosa, pero hacen otra. En pocas palabras, mienten. Y los resultados serán catastróficos. Esta es una emergencia climática”, enfatizó.
El Secretario General afirmó que, a menos que los gobiernos de todo el mundo reevalúen sus políticas energéticas, el mundo será inhabitable.
“Los científicos del clima advierten que ya estamos peligrosamente cerca de puntos de inflexión que podrían conducir a impactos climáticos en cascada e irreversibles. Pero los gobiernos y corporaciones que producen más emisiones no sólo se están haciendo la vista gorda; están echando leña al fuego”, añadió.
Guterres sostuvo que esos esos gobiernos y empresas están asfixiando al planeta al responder a intereses creados e inversiones en combustibles fósiles, pese a que las soluciones renovables pueden ser menos costosas y crear empleos, seguridad energética y una mayor estabilidad de precios.
Todos los países deben reducir el uso de combustibles fósiles
El estudio del IPCC reitera que todos los países deben reducir sustancialmente el uso de combustibles fósiles, ampliar el acceso a la electricidad, mejorar la eficiencia energética y aumentar el uso de combustibles alternativos, como el hidrógeno.
La publicación atribuye gran parte del problema a las ciudades y considera muy preocupante que las reducciones de emisiones recuperadas en la última década hayan sido menores que los aumentos de emisiones, debido al aumento de los niveles de actividad global en la industria, el suministro de energía, el transporte, la agricultura y la construcción.
Todavía puede haber remedio
No obstante el panorama lúgubre, los autores del informe insistieron en que todavía se puede reducir las emisiones de carbón a la mitad para 2030, por lo que instaron a los gobiernos a reforzar inmediatamente las acciones en ese sentido.
Por otra parte, acogió con beneplácito la disminución significativa del costo de las fuentes de energía renovable desde 2010, que ha bajado hasta un 85% en los casos de la energía solar y eólica, así como de las baterías.
El presidente del IPCC aseveró que el mundo se halla frente a una encrucijada y que las decisiones que se tomen ahora marcarán el carácter habitable del planeta.
Hoesung Lee mostró optimismo frente a la acción climática que siguen algunos países y citó políticas, regulaciones e instrumentos de mercado que han mostrado ser efectivos.
“Si estos se amplían y se aplican de manera más equitativa, pueden respaldar reducciones profundas de emisiones y estimular la innovación”, apuntó.
Reducción de un 43% para 2030
Pero el camino es cuesta arriba. Según el Panel, para limitar el calentamiento global a alrededor de 1.5° , las emisiones globales tendrían que alcanzar su máximo antes de 2025 y reducirse en un 43% para 2030.
En este sentido, António Guterres detalló que las actuales promesas climáticas generarían un aumento del 14% en las emisiones.
“Y la mayoría de los principales emisores no están tomando las medidas necesarias para cumplir incluso esas promesas inadecuadas”, precisó.
Agregó que los activistas climáticos a menudo son calificados como radicales o peligrosos. ”Pero los radicales realmente peligrosos son los países que están aumentando la producción de combustibles fósiles. Invertir en nueva infraestructura de combustibles fósiles es una locura económica y moral”, arremetió.
Guterres previó que dichas inversión se convertirán en activos varados y que serán una carga en las carteras de inversión.
“Pero no tiene por qué ser así”, matizó, destacando las opciones viables y financieramente sólidas que menciona el informe para mantener viva la posibilidad de limitar el calentamiento a 1.5°.
“Ahora o nunca”
De acuerdo con los científicos, las temperaturas globales se estabilizarán cuando las emisiones de dióxido de carbono alcancen el cero neto, es decir, cuando no haya emisiones netas de dióxido de carbono a nivel mundial. Y esto tendría que ocurrir a principios de la década de 2050 para no permitir que el aumento de la temperatura supere el 1.5°C; o bien llegar a la marca del cero neto a principios de la década de 2070 para que el incremento global no pase de 2°C.
“Es ahora o nunca. (…) Sin reducciones inmediatas y profundas de las emisiones en todos los sectores, será imposible”, puntualizó el IPCC.
Entre las soluciones sostenibles y de reducción de emisiones que pueden adoptar los gobiernos, el IPCC resaltó la necesidad de replantearse cómo funcionan las ciudades y otras áreas urbanas, haciéndolas más compactas y transitables, electrificando el transporte con fuentes de bajas emisiones y con una mayor absorción y almacenamiento de carbono utilizando la naturaleza.