Ciudad de México.- El cáncer es una de las principales causas de mortalidad a nivel mundial.
Esto es resultado de la interacción de factores genéticos y externos (físicos, químicos y biológicos), que producen la degeneración de las células con lo que se originan lesiones precancerosas y finalmente tumores malignos.
De acuerdo a información del Inegi, dichos tumores suelen estar localizados, pero eventualmente pueden diseminarse a otros órganos (metástasis). La Organización Mundial de la Salud (OMS) estimó en 2008 que la principal causa de muerte en el mundo es el cáncer (7.6 millones de casos), localizados en su mayoría en pulmón, estómago, hígado, colon y mama (OMS, 2011).
Por su parte, la Organización Panamericana de la Salud [OPS] (2011), reporta que de 2007 a 2009 en América Latina, la tasa de mortalidad estandarizada a consecuencia de cáncer maligno es de 110.7 muertes por cada 100 mil habitantes.
Las tasas más altas en la región se localizan en Uruguay (168.4 por cada 100 mil habitantes), Cuba (143.3) y Perú (136.6); México como resultado de los esfuerzos que se han llevado a cabo en materia de prevención, atención oportuna y sensibilización, tiene la tasa más baja de Latinoamérica (75.4).
En este sentido, la OMS en apoyo a la Unión Internacional contra el Cáncer, conmemora el 4 de febrero como el Día Mundial contra el Cáncer. Con el fin de brindar información estadística relevante y favorecer en la labor de difusión y prevención sobre esta enfermedad, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) presenta un panorama general sobre las neoplasias malignas que afectan a la población mexicana.
Cuando una persona recibe un diagnóstico de cáncer piensa en la cercanía de una muerte dolorosa; sin embargo, los nuevos tratamientos permiten la sobrevivencia de estos pacientes, por ello la necesidad de algólogos –médicos especialistas en el tratamiento del dolor–, psicooncólogos y rehabilitadores resultan especialistas necesarios para atención de la población afectada por este padecimiento.
Para que un tratamiento sea exitoso, se deben considerar los factores individuales, los propios del tumor y los institucionales. Entre los individuales destaca la importancia de reducir el tiempo que tarda una persona en buscar atención médica, síntomas, edad, sexo, estado inmunitario, estado psicológico, económico y su estado de salud general (Díaz-Rubio y García-Conde, 2000); en los del tumor, la localización, estadio (o nivel de diseminación), grado de diferenciación histológica, su agresividad y la presencia de metástasis (op. cit., 2000); y entre los institucionales, la accesibilidad, capacitación del personal para otorgar un diagnóstico, tratamiento y seguimiento adecuados, así como de los estudios de gabinete, además de los recursos propios del hospital (humanos, capacidad y recursos físicos).
En México, durante 2010 del total de egresos hospitalarios por tumores, 56% son debidos a tumores malignos; para el caso de la población infantil y joven (menores de 20 años), la proporción de egresos hospitalarios por tumores malignos en relación con los tumores en general es más alta que en la población adulta (71.8% y 53.4%, respectivamente).
En 2010, en México de cada 100 niños y jóvenes menores de 20 años con leucemia que fueron hospitalizados, 26 tienen menos de 5 años, 36 entre 5 a 9 años, 23 de 10 a 14 años y 15 entre 15 a 19 años. En general, los hombres son más afectados por este padecimiento en relación con las mujeres, excepto entre los hombres de 5 a 9 años, en donde las mujeres los superan en casi 3 puntos porcentuales (35.3% en hombres y 38% en mujeres).
A pesar de los esfuerzos de las instituciones para diagnosticar y atender a las personas con cáncer, muchos mexicanos mueren por esta causas; durante 2011 en México del total de defunciones en el país, 12.9% fueron por algún tumor y de éstos, 93.6% se debieron a neoplasias malignas. Entre los jóvenes menores de 20 años, se observa que 5.3% fallecieron por algún tumor, ya sea maligno o benigno, de los cuales 86.3% fueron cancerosos.
A pesar de las grandes campañas de información sobre la valoración, protección, intervención y de los tratamientos cada vez más efectivos, en innegable que mucha gente sigue falleciendo por este mal. Las causas de mortalidad por cáncer en la población de 20 años y más varían en comparación de las presentadas en población menor de 20 años. Esto se debe a que existen factores relacionados con estilos de vida y los cambios de desarrollo del cuerpo que favorecen la aparición de ciertos tumores malignos como el de pulmón o estómago.
En 2011, entre los principales tumores malignos por lo que fallece la población de 20 años y más en México, se observan diferencias significativas entre hombres y mujeres. Las mujeres mueren por cáncer de mama (13.8%), por cervicouterino (10.4%) y de estómago (7 por ciento). En tanto que los hombres fallecen por cáncer de próstata (16.9%), de bronquios y pulmón (12.8%) y de estómago (8.6%).
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