MANZANILLO.- El edificio en la parte más alta de la Península de Juluapan, conocida comúnmente como Casa de La Boquita, no es una propiedad en abandono y mucho menos la mansión olvidada de mafioso alguno, sino que tiene dueños siendo esta la Asociación de Propietarios de la Península de Juluapan, refiere Luis Aedo, representante de dicha organización.
Tal edificación que ha perdurado hasta nuestros días fue base de lo que alguna vez, allá a inicios de los años 70, se ideó como un proyecto turístico de gran importancia, adelantada a su tiempo debido a que contemplaba su integración al entorno natural del lugar.
Entrevistado al respecto, el empresario regiomontano aclaró que la propiedad si bien con daños por el paso natural del tiempo y el intemperismo, no está en el abandono sino más bien al cuidado de esta asociación que entiende su valor y potencial turístico.
Luis Aedo reconoce que la construcción ha cobrado gran relevancia entre los deportistas y senderistas, quienes la han adoptado como un punto obligado para sus actividades.
Suele ser frecuentada entre semana por medio centenar de personas, aunque en fines de semanas el número aumenta exponencialmente, hasta superar cualquier sábado o domingo los cien visitantes.
La construcción en referencia, concluida (cuando menos en obra negra) en 1975, abarca un predio de mil 200 metros cuadrados y Pretendía dar cabida a 10 departamentos a través de 2 niveles diferentes.
La monumental estructura está ubicada a poco más de 3 kilómetros sobre el nivel del mar, teniendo como base playa La Boquita, balneario fácilmente distinguible desde esa cumbre.
Incluso en su interior, de diseño laberíntico, se han encontrado los restos de su piscina y en sus alrededores vestigios de infraestructura de servicios turísticos adicionales que quizá iban a dar cabida a tiendas, boutiques y otros establecimientos comerciales.
El proyecto fue finalmente abandonado en 1978, debido a que los encargados de la obra enfrentaron serios problemas económicos.
Luis Aedo narra que con frecuencia se le da mantenimiento no solo a la edificación sino también a los accesos y no descartan en un mediano o largo plazo retomar la idea de un proyecto turístico de corte ecológico.
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