Cayos de Florida podría usar drones para ayudar a erradicar los mosquitos

La agencia Cayos de Florida encargada de mantener bajo control los enjambres de mosquitos de la cadena de islas en la bahía puede convertirse en la primera de EEUU en utilizar aviones no tripulados para detectar a distancia zonas de reproducción como parte de los esfuerzos para erradicar el insecto.

«Si tratas de cruzar las pequeñas islas es como la jungla», dijo Michael Doyle, director ejecutivo del Distrito de control de Mosquitos de los Cayos de Florida, que añadió que los drones no sustituirían las acciones sobre el terreno, pero ayudarían a convertir los esfuerzos de erradición en «bombas inteligentes».

El 26 de agosto, el jefe de Condor Aerial, con sede en Carolina del Norte, hará una demostración de prueba del drone Maverich a las autoridades con la esperanza de vender la aeronave de 65.000 dólares a uno de los destinos turísticos más populares del estado del sol.

La cadena de islas empiezan a una hora al sur de Miami y se extiende casi 200 kilómetros en el Golfo de México. El extremo sur de Cayo Oeste está situado a sólo 144 km de las costas de Cuba.

El consejero delegado de Condor Aerial, Fred Culbertson, dijo que el drone de dos metros y medio de largo puede volar 90 minutos a 60 metros. Para el control del mosquito estarán equipados con cámaras térmicas, que pueden mostrar las piscinas donde los mosquitos ponen sus huevos en forma de manchas oscuras en el suelo.

Los inspectores tendrán que recibr cursos certificados de formación de pilotos y las autoridades locales tendrán que pedir permiso a la Autoridad Federal de Aviación para volar los aviones no tripulados.

«No se van a utilizar para vigilancia», enfatizó Culbertson.

Condor Aerial es una división de Prioria Robotics, un fabricante con sede en el norte de Florida que en 2010 recibió un contrato millonario por 2,8 millones de dólares de Canadá para suministrar aviones de reconocimiento en Afganistán.

Los mosquistos se reproducen en el agua estancada que queda después de una marea alta o tormenta. La agencia cuenta con 40 inspectores que recorren 42 islas repartidas en 140 kilómetros cuadrados. Después de reconocimiento, los inspectores tiene sólo unos pocos días antes de que los huevos se conviertan en adultos que pican, con capacidad para transmitir enfermedades.

Cuando un avión no tripulado señala un posible caldo de cultivo, un inspector visitará el lugar para comprobar los huevos, antes de llamar a uno de los cuatro helicópteros del distrito preparados para rociar una bacteria que los mata.

«Lo que estamos tratando de ver es si esta tecnología puede realmente ver el agua superficial ya sea a la intemperie o bajo los manglares», dijo Doyle. «Y la cantidad de terreno que puede cubrir rápidamente para que los inspectores puedan salir ese mismo día».

Doyle dijo que los drones podrían ayudarle a controlar mejor los Cayos con menos personal. «Dado que nuestro presupuesto cada vez es menor, estamos tratando de encontrar maneras de cubrir el mismo área con menos gente».

Las autoridades de los Cayos luchan regularmente con el mosquito común Salt Marsh que se reproduce por millones y puede volar hasta seis kilómetros. Sin embargo, su principal preocupación es el mosquito Aedes aegypti que es portador del dengue, conocida como fiebre rompehuesos por los dolores articulares tan intensos que provoca.

En 2010, el mal afectó a 63 personas, según datos del Centro para el Control de las Enfermedades.

Los mosquitos del dengue ponen sus huevos en pequeñas piscinas ocultas que los drones podrían no ser capaces de detectar. La única solución efectiva, dijo Doyle, es visitar los sitios varias veces al mes, vaciar cualquier contenedor y rociar productos químicos para matar las larvas que puedan crecer.

«Han llegado a ver que crecen en un tapón de botella de dos litros», añadió.

Además de considerar el uso de drones, las autoridades están esperando la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos para liberar machos estériles genéticamente modificados en el medio natural, con el fin de que se apareen con las hembras silvestres sin reproducirse. Doyle espera que el plan acabe con la población de mosquitos.

Aún así, no hay manera de erradicar el insecto por completo. Turistas y residentes estacionales siempre introducen nuevas especies y enfermedades en el medio ambiente.

«Cada vez que alguien trae una planta en maceta de Home Depot en Miami hay huevos allí», dijo Doyle. «La próxima vez que llueva, habrá unos cuantos mosquitos más».

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