Como parte del Taller de Partículas Suspendidas “Fuentes, evaluación e impacto” que organizó el Cuerpo Académico 75 “Ciencia ambiental y gestión de riesgo”, de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Colima, el investigador Nick Varley dictó la conferencia “Generación e impacto de ceniza volcánica”.
En su disertación, mencionó que uno de los efectos volcánica es la ceniza (tefra, como la llaman los científico), la cual constituye una amenaza natural.
Explicó que la tefra es un fragmento sólido de material volcánico expulsado a través de la columna eruptiva y arrojado al aire durante una erupción; además, dijo que la ceniza afecta a más personas que cualquier otra amenaza, ya que es transportada por el viento y en ocasiones llega a miles de kilómetros.
Asimismo, mencionó que las erupciones del Volcán de Colima han generado alarma entre la población, “aunque la cantidad de este material ha sido mínima”, especificó. Según los registros que se tienen, continuó, “Colima no ha tenido una afectación grave de ceniza porque raramente el viento viaja hacia el sur; en los inicios del año pasado se tuvo caída de ceniza en una cantidad muy pequeña”.
En el caso de erupciones subplinianas o magmáticas, de mayor violencia, “pueden tener un impacto muy grande por la gran cantidad de material emitido a la atmósfera, junto a la elevada temperatura de las columnas eruptivas, lo que propicia el desarrollo de fuertes precipitaciones y la formación de lahares destructivos”.
De acuerdo con las investigaciones, “las cenizas volcánicas de erupciones muy violentas se relacionan con cambios climáticos en los registros geológicos, y existen evidencias de sus efectos, pero este tipo de erupciones no ocurren con mucha frecuencia”, comentó.
La medida de mitigación que debe tomarse ante la caída de ceniza “es la buena comunicación entre autoridades y la población, sobre todo en caso de erupciones mayores, en las cuales hay mayor magnitud de caída de ceniza”, recomendó.
Por último, mencionó que hay resultados importantes sobre la elaboración de máscaras que pueden ser usadas no sólo para cenizas sino para cualquier tipo de partículas suspendidas, y así evitar padecimientos ocasionados por los silicatos y radicales libres presentes en dicha emanación volcánica.