Gracias a una afortunada colaboración, maestros y alumnos de la Escuela de Música de la Universidad de Colima, así como alumnos y el director de la orquesta filarmónica del Conservatorio Nacional de Música realizaron, durante tres días, cuatro conciertos dedicados a las mamás universitarias por su día social.
“Es un esfuerzo que valió la pena”, dijo el rector José Eduardo Hernández Nava al hablar de lo que implicó ofrecer estos conciertos, desde empatar la agenda de los músicos hasta los recursos materiales, técnicos y económicos que se necesitaron, y el traslado de los instrumentos y de más de cuarenta jóvenes de la orquesta dese la ciudad de México.
“Nos dimos cuenta –añadió el líder de los universitarios– de cómo disfrutaron las madres universitarias estos conciertos. Mi reconocimiento a mi esposa por el esfuerzo que hizo para organizar estos eventos junto a un gran número de dependencias universitarias”.
Para el maestro David Rodríguez de la Peña, director de la orquesta y también del Conservatorio, “es impresionante la visión que tiene la Universidad de invertir en un evento como éste para un regalo a las mamás universitarias, no sólo económica, sino también una inversión en recursos humanos, además del grupo de técnicos que tuvo que venir desde la ciudad de México”.
Dijo que estos cuatro conciertos, que encantaron a las mamás universitarias de los campus de Tecomán, Manzanillo, Coquimatlán, Villa de Álvarez y Colima, “fueron una verdadera vinculación académica entre una Universidad y una escuela superior de música, en la que compartieron el escenario académicos y estudiantes para dar como resultado este producto artístico que, estoy seguro, las mamás disfrutaron mucho”.
Alicia López de Hernández, directora general del Centro de Desarrollo de la Familia Universitaria (Cedefu), dijo que desde que vio y escuchó a esta orquesta pensó en traerla a la Universidad, “porque se lo merecen las mamás trabajadoras de la UdeC. Ellas trabajan ocho horas al día y queríamos brindarles nuestro reconocimiento y respeto”.
A pesar del gran esfuerzo que implicó organizar estos eventos, del tiempo que llevó preparar detalles como el de las plantas o los bolsos que obsequiaron, López de Hernández dijo que “cuando quieres algo y sueñas con ello, se van dando las cosas”, y que cuando se trata de hacer algo “por las mamás, por la familia universitaria, todos quieren cooperar”.
El logro obtenido, especialmente en el campus de Tecomán, dijo, donde según las personas de ese municipio nunca antes había tocado una orquesta sinfónica, “nos motiva a continuar trabajando, a seguir unidos y con lealtad en torno a esta gran familia”.
El maestro Anatoly Zatin, director invitado de esta orquesta filarmónica y director del Instituto Universitario de Bellas Artes de la U de Colima, dijo que los distintos espacios en donde tocaron, desde una cafetería hasta al Teatro Universitario, no son obstáculo para dar lo mejor de su trabajo artístico. “Nos quedamos muy contentos. Todos aprendimos algo con la experiencia. Hubo muy buena reacción del público y, para un artista, la satisfacción de los espectadores es lo máximo, sin ésta no tiene uno derecho de vivir como artista”.
Vlada Vassilieva, pianista y maestra de música de la Universidad de Colima que participó en los conciertos, se dijo “impresionada por la iniciativa tan maravillosa que hubo este año. Me parece que es la primera vez que festejamos el diez de mayo de esta manera, y ojalá que se vuelva una gran tradición”.
El programa, explicó, fue diseñado entre los propios músicos; “tratamos de pensar en uno que fuera variado, ameno, muy festivo y acorde a la ocasión”.
A pesar de que tocaron las mismas piezas las cuatro veces, comentó que eso no los cansa ni aburre, que para eso se han preparado años y años, no sólo en cómo hacer que la música sea interpretada, sino que todo el programa tenga cierta organización y armonía. Para ella, “la perfección técnica es el principio, la estructura, lo que sigue es arte, y lo que hacemos en el escenario es lo más cercano que conozco a la magia”.
Para Vlada Vassilieva sería un sueño contar en Colima con una orquesta sinfónica, no sólo porque se beneficiarían los alumnos que hoy estudian Música. “Colima sería otro estado de la noche a la mañana. Crear la tradición de ir al teatro, de hacer algo juntos, de participar en un espectáculo semana tras semana, mes tras mes y conocer toda esta enorme riqueza cultural y universal que es la música nos hace mejores personas. El simple hecho de ir a presenciar, a disfrutar de algo, a pensar en ciertas cosas juntos, nos hace mejores como sociedad”.
En los conciertos interpretaron “Concierto para piano” y “Orquesta Op.16 en la menor” de E. Grieg; “Mario Bros” (la música del videojuego), de K. Kondo; “Una furtiva lacrima” de la ópera Elixir de Amor, de G. Donizetti; “La Donna e móbile” de la ópera Rigoletto, de G. Verdi; el Vals Laura, de T. León; Concierto para máquina de escribir y orquesta, de L. Anderson (uno de los más celebrados); “Rapsodia en Blues para piano y orquesta”, de G. Gershwin, la “Marcha Radeczky”, de J. Strauss y cerraron con la polca “La cacería”, de J. Strauss.
Los directores de la orquesta fueron David Rodríguez de la Peña y Anatoly Zatin y los solistas Saúl Ulises Ibarra Ramos (estudiante del Instituto Universitario de Bellas Artes), Enrique Mejía Núñez (egresado de la Licenciatura en Música del IUBA), David Rodríguez de la Peña y el Dúo Petrof (Anatoly Zatin y Vlada Vassilieva).