EN MI HUMILDE OPINIÓN
Por: Noé GUERRA PIMENTEL
El 22 de noviembre del año pasado, en su rueda de prensa matutina el presidente informó que ya había firmado el decreto para que “18 mil kilómetros” de vías férreas fueran utilizados para transporte de pasajeros en tren.
Esto, no lo dijo, basado en el Sistema Ferroviario Nacional de 17 destinos de servicio mixto que operó desde Porfirio Díaz, quien conectó al país con el tendido de 24 mil 700 kilómetros que sumó a los 700 existentes de la México-Veracruz, iniciados por A. Bustamante en 1837 e inaugurados por Lerdo de Tejada en 1873, 36 años, entre Santa Anna, Comonfort y Maximiliano. En 14 años de mandato, Juárez no tendió un solo metro.
El presidente López Obrador recordó que las vías ya están, igual que los derechos de paso, que solo falta modernizar la infraestructura, adelantando que los trabajos iniciarían le primer mes de este 2024; ello, luego del plazo otorgado al 15 de enero a los actuales concesionarios, por derecho de preferencia. Entre los itinerarios, para Colima se destaca el cuarto de los siete enlistados en el plan transexenal: “Rutas de proyectos de trenes de pasajeros”, que refiere el viaje Manzanillo-Guadalajara-Irapuato, actualmente concesionado a FERROMEX con uso exclusivo de carga.
Desde el salón de la tesorería del Palacio Nacional, el presidente leyó: Se declara área prioritaria para el desarrollo nacional la prestación del servicio de transporte de pasajeros del Sistema ferroviario mexicano. Servicio suspendido por insostenible en marzo de 1995, siendo presidente Ernesto Zedillo. En 1987, el gobierno federal fusionó las 5 empresas regionales ferrocarrileras, dicha nacionalización provocó la crisis del sector y un déficit que en 1991 llegó a los 552 millones de dólares, lo que justificó su liquidación. En ese mismo contexto el presidente calificó el hecho como “una decisión equivocada.”
De no haber respuesta favorable de las concesionarias, serían inversionistas particulares o “empresas” de la Secretaría de la Defensa Nacional o de la Marina Armada de México, tal y como ya lo vienen haciendo en el Tren Maya y en el del Itsmo, dijo el Ejecutivo, recordando que como también recordó que este mismo anuncio lo había hecho el 20 de noviembre anterior, en la conmemoración de la Revolución Mexicana y aclaró que durante su gestión no se concluirá pero que dejará las bases para que la realice quien lo suceda en el cargo.
La virtual presidente electa, Claudia Sheinbaum, siendo candidata, en su gira por Colima el martes 2 de abril de este año, hizo suya la iniciativa y anunció que sería incluida en su programa de gobierno, dicho que, a pregunta de reporteros, el 8 de julio fue retomado por la titular del poder Ejecutivo local, quien aludió el compromiso presidencial y el de la entonces candidata, asegurando que sí se realizará, pero sin definir cuándo, con qué y quiénes.
Cabe apuntar que de esta misma intención, además de la añoranza de un sector de la población, hay antecedentes en hemeroteca, como el de un boletín de la entonces legisladora federal del partido del presidente, Claudia Yañez Centeno, quien el 28 de octubre del 2020, en precampaña, dio a conocer que se había entrevistado con el entonces titular del área, Jorge Arganis, para recordarle esta misma petición hecha 2 años antes y con quien, según, había establecido acuerdos para la puesta en marcha de la recuperación de esta ruta para pasajeros.
El 20 de septiembre del 2021, TRANSPORTE.MX refirió que: La SCT analiza construir un tren de pasajeros que conectaría: Colima, Armería y Manzanillo, utilizando las vías existentes. Lo anterior, de acuerdo la Cartera de Inversión de la SHCP, registro 69218, como solicitud de la SCT. En el proyecto se menciona que la primera etapa requería de 40 millones de pesos para estudios de factibilidad, condiciones geométricas, topográficas, hidrológicas y drenaje, geotecnia y cruces; impacto ambiental, situación legal y diagnóstico de infraestructura, derecho de vía, así como detección de áreas de afectación; ingeniería de transporte y movilidad; oferta y demanda; cruceros: vehiculares y peatonales; desarrollo urbano, costo-beneficio y estructura financiera.
Así las cosas.