Comala.- Desde mayo que inició la temporada de lluvias, hasta la fecha, no se han reportado afectaciones por lluvia en la cabecera municipal de Comala ni en las comunidades que le integran.

Francisco Alejandro Rodríguez, director de Protección Civil municipal, aseguró que ni siquiera se han registrado lahares de gran magnitud o que lleguen a ocasionar daños a las comunidades aledañas al volcán.

“Gracias a los trabajos de Conagua y de Seidur, por las gestiones que se han realizado para la ampliación de los desazolves de los ríos, pues ya se ha visto mínimo, o es nulo, prácticamente, la afectación a cualquiera de las comunidades”.

El titular de PC en la localidad recordó que continúan las labores de desasolve y ampliación en los ríos el Cordován, Zarco y La Lumbre, mientras que la Unidad Estatal de Protección Civil, mantiene el monitoreo de lahares en las faldas del volcán.

Alejandro Rodríguez aclaró que los lahares siempre van a representar peligro por la cercanía al coloso, pero resaltó que se ha hecho trabajo con la población para crear comunidades resilientes.

“Hay brigadas donde ellos están monitoreando. Ya se puede decir que puede ser hasta autosuficiente la comunidad, porque ellos mismos, si hay un derrumbe, ya hay una brigada de Protección Civil que dirige el comisario de La Becerrera, Adán Ramírez”.

El tiutlar de PC municipal recordó que esta comunidad ha recibido capacitación constante y modificado sus estrategias para atender emergencias, en coordinación con las autoridades de PC y el DIF municipal.

Actualmente se cuenta con dos albergues en la cabecera de Comala: uno en El Pedregal y otro en la escuela Vasco de Quiroga.

En el caso de La Becerrera, los habitantes se trasladan normalmente hacia Cofradía de Suchitlán o a Suchitlán, para resguardarse.

PC trabajó el plan de emergencia con esta comunidad y continúan con la comunidad de Suchitlán y posteriormente con Zacualpan, que son las que tienen mayor riesgo.

En La Becerrera viven cerca de 325 personas y cuatro familias en la Yerbabuena, que se niegan a reubicarse a la Nueva Yerbabuena, como el resto de los pobladores.

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