De acuerdo con expertos, la atención a migrantes en los albergues cañeros debe ser eficaz, breve e intensa porque sólo están de paso en tiempos de zafra, por necesidad. Y éste es el reto para quienes interactúan con ellos. Colima tiene, de manera permanente, una población migrante llamada “golondrina”, porque sólo está durante la temporada de zafra de la caña. Se trata de aproximadamente 200 familias distribuidas en siete albergues; el más grande de ellos es la Plaza de toros en Quesería, Cuauhtémoc.
En este sentido, los contextos de precariedad, racismo, clasismo, discriminación, homofobia, desprecio hacia la gente indígena y migrante son muy similares en México y Argentina, según hallazgos de tres profesores investigadores de la Universidad de Colima pertenecientes al cuerpo académico 110 “Género y prácticas culturales”, durante la estancia de investigación que realizaron en la Universidad Nacional de Cuyo (UNCUYO), en Mendoza, Argentina.
A principios de junio, el cuerpo académico 110 “Género y prácticas culturales” de la Facultad de Psicología, integrado por Nancy Molina Rodríguez, Sergio López Molina y Guillermina Chávez Torres (Facultad de Trabajo Social), intercambió metodologías de intervención y de investigación participativas en grupos de migrantes con un grupo de investigadores en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNCUYO.
En la que fue una estancia muy productiva, los profesores impartieron el curso de posgrado “Migración, Género y Enfoques Participativos” y retroalimentaron proyectos de investigación que actualmente desarrollan los equipos de ambas universidades en relación a temas como migración, género, enfoques participativos y análisis institucional.
Nancy E. Molina Rodríguez, profesora investigadora de la Facultad de Psicología, dio a conocer que también realizaron un plan de trabajo para la colaboración conjunta en proyectos de docencia, investigación y movilidad de docentes y estudiantes. Sistematizarán, adenás, experiencias y metodologías usadas para intervenir a los migrantes en Mendoza, Argentina.
Molina Rodríguez destacó que en el encuentro que sostuvieron con la Asociación Ecuménica de Cuyo, en el Hogar del Migrante, conocieron cómo esta asociación logra cohesionar a los grupos de migrantes para juntos gestionar el cumplimiento de sus derechos y mejorar sus condiciones de vida.
“Ellos tienen otra perspectiva que enriquece la investigación y la intervención. Como asociaciones civiles logran ver otras necesidades y gestionar otro tipo de recursos para apoyo a las comunidades migrantes”, compartió.
Molina Rodríguez piensa que éste fue uno de los grandes aportes: conocer la experiencia cara a cara y reconocer que, en la realidad, las metodologías tradicionales no operan con total eficiencia porque no son pensadas para personas en condiciones de migración; esto es, gente que está de paso por trabajo o porque su destino es otro.
“Dialogamos mucho sobre los encuentros y desencuentros que hemos tenido con las metodologías de investigación y de intervención que hemos aplicado”, añadió.
Resaltó que una de las diferencias entre las comunidades migrantes en Mexico y Argentina es la historia. “Los argentinos tienen una fuerte tradición política de activismo en defensa de los derechos humanos, de promoción de agencia de las personas y la posibilidad de asociarse y cambiar su entorno, eso les facilita el camino, a diferencia de muchos de nosotros los mexicanos”.
En Mendoza, “lograr la cohesión para ellos dentro de un grupo delimitado como los migrantes y a través de asociaciones civiles es mucho más fácil, no sencillo pero sí un poco más fácil que en México. Ellos dicen: ‘nos agrupamos y gestionamos lo que por derecho nos debe dar el estado’ o ‘exigimos la justicia que se nos debe’,
Esto a diferencia de lo que ocurre con algunos grupos en México, dijo, “que como pueblo colonizado y que hemos vivido el dominio constante, se nos dificulta tener una vida política mas critica y no logramos unirnos y accionar en favor de nuestros derechos”.
La estancia de los profesores, informó Nancy Molina, fue financiada por Prodep y detonó un próximo convenio entre ambas universidades, para fortalecer la investigación y docencia. Con él habrá intercambio de profesores y estudiantes, tanto en la Maestría en Psicología, que inicia este año, como en la Maestría en Análisis Institucional en Ciencias Políticas que ofrece la UNCUYO en Argentina.