“Los maestros de alumnos con discapacidades auditivas, del habla y la vista deben expresarse con volumen alto, articular bien las palabras, no hablar entre dientes ni traer chicle. Además, se recomienda elegir un lugar sin ruido, pues en ocasiones éste impide que los estudiantes escuchen bien”.
Así lo recomendó la profesora de la Facultad de Trabajo Social, Guadalupe Cabrera Martínez, con base en su experiencia personal de vivir con discapacidad auditiva, durante el panel sobre inclusión que se realizó como parte de las Jornadas Académicas 2018 de Trabajo Social.
“Si ustedes conocen a fondo nuestras habilidades, condiciones y necesidades, nos podrían incluir en sus actividades. Dejen de vernos como personas ‘pobrecitas’ o que necesitamos de toda la ayuda”, comentó.
Recordó que de niña sus padres no quisieron que aprendiera el lenguaje de señas porque el doctor advirtió que dejaría de esforzarse para hablar. “Gracias a esta decisión de mis padres, pude comunicarme con todos y abrir más mi panorama en la vida. Los aparatos no me apenan, porque ellos me ayudaron a salir adelante y a ser alguien en mi profesión”, contó.
Dijo que, sin los aparatos que utiliza, sería una persona cien por ciento discapacitada en cuanto al sentido de la audición; sin embargo, gracias a éstos ha dejado de serlo.
Después se quitó los aparatos que portaba detrás de sus orejas para mostrar cómo su voz se torna más grave y con más volumen, pues sólo de este modo ella puede escuchar un poco.
Ante un auditorio lleno de estudiantes de la Licenciatura en Trabajo Social, Cabrera Martínez, a través de la historia de una tortuguita que no hablaba porque podía escuchar, compartió su experiencia de fortaleza y perseverancia ante su discapacidad auditiva en ambos oídos, la cual sólo le permite escuchar muy levemente los sonidos.
Por último, la historia tuvo eco en una parte del alumnado, la cual propuso realizar una obra de teatro para llevar la historia a las plazas y jardines públicos, para que padres de familia se enteren de lo que pueden pensar y sentir sus hijos con esta discapacidad.
Como parte del panel de inclusión, Julia Isabel Ochoa mostró el trabajo desarrollado dentro de la asignatura Práctica integrativa, a cargo de un equipo de estudiantes de octavo semestre en el Instituto Down.
En dicho instituto apoyaron intensamente en actividades de mantenimiento y limpia, la elaboración de periódicos murales, activación física, clase en aula, juegos con material lúdico, juegos en equipo, charlas con padres de familia y eventos en plazas públicas.