EN MI HUMILDE OPINIÓN
Por: Noé GUERRA PIMENTEL
El próximo domingo la mayoría de mexicanos acudiremos a las urnas a ejercer, en libertad, nuestro derecho a votar para elegir a quienes habrán de conducir los destinos de nuestro país en los próximos años.
Si bien cada proceso tiene sus propias características, este, particularmente lo veo muy complicado y no es casual, muchos han sido los factores que han puesto esa condición con hechos antes inimaginables, de suyo históricos, como las marchas ciudadanas, por hablar de lo positivo y, de lo negativo, la abierta y hasta hoy impune intromisión presidencial que sin lugar a dudas enrarece el panorama.
Lo escribí y publiqué hace 4 años, el señor del palacio hará de todo y echará mano de lo que esté a su alcance para mantenerse en el poder, él así ha sido y seguirá siendo, de otra manera no se entiende lo que ha venido haciendo, impensable e inadmisible con otros gobiernos, y mucho de eso violando flagrantemente la Constitución, mintiendo con el solo propósito de perpetuarse sin importarle los costos ni los penosos saldos que arroja su fallida administración en todos los rubros, en los que para muestra y con los propios datos oficiales tenemos a más de 50 millones sin acceso a la salud y 54 millones de mexicanos en pobreza, sin contar los más de 186 mil asesinatos dolosos, los más de 50 mil desaparecidos y las 850 mil víctimas mortales por la mala gestión de la pandemia.
Este domingo 2 de junio más de 98 millones de mexicanos podremos votar y elegir a quién ocupará la presidencia a finales de este mismo año entre más de 21 mil cargos y en los que destacan las 500 diputaciones federales y las 28 senadurías. Lo que convierte a esta en la elección más grande de la historia de México. Una elección en la que no se ve por donde el actual partido en el poder y su único líder puedan salir airosos frente a una sociedad que, como nunca antes, ha manifestado su indignación no una ni dos veces, con la toma de calles y las principales plazas públicas de decenas de ciudades del país y en el extranjero de manera tan pacifica como multitudinaria. Las revoluciones no las hacen los partidos políticos, las hacen las sociedades que se rebelan contra el agravio y la injusticia, tal y como ha venido ocurriendo. Hagamos lo correcto.
El único propósito del presidente es quedarse donde está, con o sin cargo oficial, eso será lo de menos mientras siga mandando. Todo lo que ha hecho tiene ese fin con la concentración del poder captando y cooptando todos los recursos del estado para disponer de ellos a su antojo, como hasta hoy. Desde la inicial desaparición de los más de cuarenta fideicomisos y programas sociales arguyendo una corrupción que nunca explicó, el inexplicado y total gasto del multimillonario fondo para emergencias presupuestales, la pauperización y desmantelamiento del sistema nacional de salud, el nulo mantenimiento de la infraestructura pública federal y de los estados, los millonarios moches en las obras faraónicas que nadie le pidió, la nula inversión en infraestructura para los estados y, más recientemente, la pretendida confiscación de las afores y el frustrado decomiso del fondo de pensiones de la Suprema Corte, sin sumar el impune saqueo de SEGALMEX.
Algunos de los muchos agravios de un gobierno fallido que así acumula todo para perder. Por eso, ojalá que me equivoque, pero el día de la elección lo avizoro con dificultados inéditas de las que ya hemos tenido muestras que van desde el acoso y la intimidación hasta las amenazas, la provocación y los golpes por parte de quienes deberían darnos seguridad, quienes han actuado, me consta, abiertamente o como infiltrados en las manifestaciones ciudadanas, hasta la intrusión del CO que, se prevé, tendrá un papel protagónico, sabiendo lo que se juega su principal aliado.
Insisto, él hará todo para continuar mandando, la única manera de contenerlo es saliendo a votar, haciéndolo con civilidad y respeto, anteponiendo nuestra apuesta al futuro que deseamos para los que vienen. El grupo en el poder tiene todo para perder, los que queremos lo mejor para nuestro país tenemos todo para ganar ese México, no nos equivoquemos. La suerte está echada.