Colima.- “Dos coronas a mi madre / al panteón voy a dejar / donde me paso las horas / llorando sin descansar / dos coronas a mi madre /es muy poco para ti”, esa era la letra de aquella música que se escuchaba de algunos conjuntos norteños en el transcurso del día 10 de mayo en el panteón de Colima.
Un día para algunos común, para otros de mucho recuerdo y amor. Por un momento el lugar se pintó de colores emanados de un azul cielo despejado, flores, globos, listones y coronas.
Rostros tristes con lágrimas en el rostro, otros ya resignados por la pérdida de sus madres, caminaban por el camposanto que estuvo abierto 12 horas a partir de las 07:00 horas.
Algunas tumbas eran recordadas, otras ya estaban destinadas al olvido, ya que hay más de mil abandonadas.
Fueron alrededor de 15 mil personas las que asistieron en el panteón municipal, principalmente la afluencia se registró en la mañana y la tarde-noche.
El administrador del camposanto, Cuauhtémoc Chávez Ríos dio a conocer que no hubo algún incidente, además que no se permitió guadañas, machetes o tijeras para podar árboles, ya que se habría hecho una poda general de árboles en todo el cementerio.
Afuera, en la avenida vendedores ofrecían flores y coronas, así como una empresa funeraria sus servicios.
La música, la tristeza, los colores se fueron apagando, como lo hizo el día, y nuevamente reinó la paz y tranquilidad del descanso de aquellas madres que se han ido del plano terrenal.
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