CONAGO: FIN DE CICLO ( El Centro, “virus que detiene el avance regional en México” )

TAREA PUBLICA

Por: Carlos OROZCO GALEANA

Tremendo debate se formó por la renuncia de diez gobernadores a la Conferencia nacional de gobernadores, asociación  constituida el 13 de Julio de 2002 en Cancún, Quintana Roo, por mandatarios del Pri y Prd, siendo el 21 de febrero de 2003 cuando se unen los del Pan y finalmente el 30 de Julio de 2003 se integran los de todos los partidos políticos.

En medio de la euforia por la constitución de ese foro, en su declaratoria de formación, en aquella fecha los gobernadores se manifestaron conscientes del mandato que representaban y propusieron la “construcción de una visión federalista de la nación”.

Apostaron por la descentralización y el federalismo y se comprometieron a impulsar una reforma hacendaria que les otorgase más facultades tributarias a estados y municipios. Propusieron cosas que, a casi 18 años, se han cumplido a medias: incrementar el porcentaje participable del fondo general de participaciones, incorporar a la RFP los extintos derechos extraordinarios sobre la extracción de petróleo, revisar los convenios de gasto federalizado en educación y salud, etc. Y desde luego, el tener una relación dinámica y responsable con el Centro, defensor a ultranza de un federalismo que trae del pescuezo a todas las regiones.

El gobernador de Jalisco: “Buscamos nuevos espacios para el diálogo republicano verdadero, no simulación. La decisión que tomamos busca la defensa de los intereses de nuestros estados y proteger al federalismo. El Centro es el verdadero virus que detiene el avance de las regiones y del Estado mexicano”.

“Hoy al país se le quiere despedazar, ya cuesta mucho a México la manera en que se aplica la división nacional y se clasifica a los mexicanos según se coincida o no, con lo que dice o hace el Gobierno central”, indicó a la par el gobernador chihuahuense Javier Corral. Y es insólito que, atravesando el país el peor momento de toda nuestra historia, se presente al mismo tiempo el mayor desdén y desprecio que un Gobierno Federal haya tenido por los gobiernos/locales y una creciente reconcentración de poder.

Se le fue Corral a la yugular del régimen al señalar que los recortes presupuestales ponen en riesgo el funcionamiento de dependencias y organismos encargados de realizar programas esenciales para la sociedad y que nunca como ahora los estados han resentido los efectos de un pacto fiscal desfasado, injusto y desigual que no recompensa la competitividad, el crecimiento económico, la recaudación propia, la transparencia, la inversión y que ni siquiera atiende de manera correcta a los estados más pobres. La Conago se convirtió en una entelequia, mermada por el reparto discrecional de los recursos federales.

Tremendo bofetón político de los aliancistas al gobierno federal, fue ése. Están cansados y molestos porque les dan cuerda en el tratamiento de asuntos fundamentales de sus estados y no hay recursos para impulsar proyectos regionales; los ve el régimen como a los conejos: chiquititos y orejones, y es por ello que se han separado a ver si con su decisión hay cambio de estrategia.

En el fondo lo que hay es un centralismo que pasó de ser sutil a ser agresivo según el ánimo del presidente en turno, conducta que el mismo AMLO repudió cuando era del PRI, pero ya sentado en el poder ha mantenido el estado de cosas que el denunció y no se ve claro que vaya a claudicar en esa posición. En el presupuesto del 2021 ya le viene a Jalisco, por ejemplo, un recorte en las participaciones de un 3 por ciento, unos 7 mil millones de pesos, según público Diario Mural del 10 del presente mes. Y en Colima, la federación dejará de invertir esa misma cantidad para el año 2021.

La separación de los diez gobernadores de ese pacto en Conago, aunque se minimice, es una derrota política para AMLO, quien tiene que ver por los estados de la Unión, con la responsabilidad de ser articulador de políticas públicas de la máxima rentabilidad y apoyo sólido para proyectos que detonen el desarrollo de las entidades.

Para los gobernadores, implica nadar contra corriente, pues en política donde las dan las toman. El Centro no se las pondrá fácil a los gobernadores rebeldes. El enfrentamiento entre AMLO y ellos, que lo cuestionan todos los días en una guerra mediática, erosionan la relación y apuntan a una división interminable.

Para Colima, habrá problemas también. El gobernador está en el tramo final de su mandato. Enfrenta un entorno verdaderamente crítico en lo económico y se advierte que le han cerrado la llave de los recursos. Además, su partido no las tiene todas consigo y le reza como a unos 1, 579 santos esperando un milagro electoral. Ha de remar contra corriente. IPS, peso mosca, se ha pasado de temerario al enfrentarse a AMLO, peso completo, rival cebado que ya huele la sangre de su rival de cara al 2021.  AMLO quiere la alternancia en Colima, pero sus opuestos darán batalla.