El presidente Felipe Calderón condenó el ataque registrado en el Casino Royale de Monterrey, Nuevo León, en el cual murieron 52 personas y que fue perpetrado por quienes calificó de «homicidias incendiarios y verdaderos terroristas», y por el que decretó un luto nacional de tres días.
Durante un mensaje emitido desde la residencia oficial de Los Pinos, que tuvo lugar después de una reunión de emergencia con el gabinete de seguridad, el titular del Ejecutivo dijo que «hoy es un día de duelo para Monterrey y todo México, representa un acto profundamente doloroso, inhumano, un crimen imperdonable, un acto de terror y barbarie que repudiamos».
El atentado, refirió Calderón, es «el más grande atentado contra la población civil en mucho tiempo» y «no es un accidente, es un homicidio brutal» perpetrado por
«homicidas incendiarios y verdaderos terroristas».
El funcionario refirió que ha girado instrucciones a la Procuraduría General de la República para que trabaje en coordinación con la procuraduría estatal en el esclarecimiento de los hechos y para que refuerce la presencia de las fuerzas federales en la zona metropolitana de Monterrey.
Adicionalmente, se intstruyó a la PGR para que ofrezca una recompensa por la captura de los responsables del ataque.
Calderón responsabilizó además a la corrupción rampante que ha penetrado en la socidad mexicana.
Pidió además redoblar el paso para reofrzar el Acuerdo Nacional por la Seguridad.
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