Constitución Mexicana, obstáculo para la democracia: Diego Valadés

El reconocido jurista y abogado a nivel nacional, Diego Valadés Ríos, inauguró el semestre enero-julio 2014 de la Universidad de Colima con la Lectio Brevis “Cómo se reforma la Constitución en México”, en el Teatro Universitario, donde aseguró que el tema en cuestión concierne a todos los ciudadanos de una república que se dice eminentemente social y democrática.

En su conferencia, que duró alrededor de una hora, dijo que la exuberancia del texto de la Constitución constituye un problema de fondo que afecta seriamente la vida democrática e institucional del país y sobre el cual se debe reflexionar, especialmente en el 2017, cuando se cumplan cien años de su redacción original.

Aseguró, ante un auditorio lleno de alumnos y docentes, que las cientos de reformas realizadas a la Constitución se han vuelto una limitante para la democracia “porque no permiten el ejercicio pleno de las facultades de otros órganos del poder, como el legislativo y el judicial, pero también limitan al propio ejecutivo y producen una serie de deformaciones e hipertrofias”.

Dio, además, ejemplos concretos de sus afirmaciones. La constitución de Estados Unidos, en su origen, tenía 4 mil palabras y en los tiempos actuales 8 mil. La de México, en cambio, dijo, inició con 22 mil palabras y ahora tiene 70 mil, más las que se acumulen en los próximos días. La única constitución con más palabras que la mexicana es la de India, con 90 mil, pero allá, explicó, se justifica por las muchas razas y lenguas que existen.

Una constitución, aseguró el conferencista, no debe ser total, y debe además abordar los temas de manera abstracta, general, para que después el poder legislativo interprete la ley y con ello fortalezca sus funciones como uno de los poderes importantes y necesarios en una democracia. El problema en México, aseguró, es que quiere ser tan específica, “que se ha vuelto un programa más de gobierno”.

Nuestra Constitución ha sido invadida por problemas coyunturales, que sólo afectan a un determinado tiempo pero que a pesar de ello se convierten en ley. Aquí citó el caso de los spots promocionales de los candidatos políticos, que según la Constitución no deben exceder los 20 segundos. Así, si se quiere un anuncio de 19 o 21 segundos, será necesario reformar la constitución para no caer en un acto ilícito.

“La articulación de una constitución debe corresponder con un gran concepto y coherencia sistemática; no es posible que contenga todo. La de 1917 fue clara, con orientación, federalista, social y con elementos significativos de democracia”, añadió.

Por el contrario, hoy está compuesta por principios inspirados en el positivismo y en el naturalismo, presenta contradictoriamente algunos elementos propios del carácter federal (democrático) y mucho del Estado unitario (autoritario): “También incluye elementos del estado de bienestar y elementos del estado subsidiario; es decir, se ha vuelto un entramado de enunciados, de normas y de preceptos que obedecen a principios excluyentes entre sí”, explicó.

Ante esta situación, habló de tres escenarios. Uno sería mantener la Constitución en constantes reformas, pero sin cambiarla sustancialmente, como se ha hecho en las últimas décadas, y que en esa medida aumente el déficit de ingobernabilidad.

Una segunda opción sería retomar la Constitución, reordenarla, darle sistema y coherencia e introducirle una profunda reforma que la haga una norma instrumental de la democracia. Y la tercera consiste en hacer frente a la creación de una nueva constitución que resuelva los problemas de contradicción que se han incubado y generando en la vigente, propuso.

El erudito sugirió trabajar la segunda vía en los gabinetes, aulas y áreas de reflexión pública y privada, con el objetivo de imprimirle un nuevo estilo, reordenar el texto y “que vuelva a servir como un instrumento de cohesión nacional y conservación de la paz institucional”.

“El que la Constitución sea un obstáculo para la democracia es realmente una contradicción”, sentenció. Dijo también que con la reforma política de 1977 y las sucesivas reformas se produjo otro fenómeno problemático, pues los interlocutores que conformaron el texto constitucional exigían que la norma fuera lo más detalladamente posible para que quedasen consignados sus planteamientos y se evitasen interpretaciones adversas.

Sin embargo, abundó, “el efecto de reformar así la Constitución, exhaustiva y detalladamente, limita al Congreso cuando legisla y a la Corte cuando juzga, y deja de ser instrumental, de tal suerte que los límites interpretativos del tribunal constitucional se ven reducidos; es decir, hay menor capacidad de interpretación y adaptación de la Constitución, cuando se supone que esta capacidad interpretativa de un tribunal le otorga solidez para fungir como un órgano de control eficaz”.

En su mensaje, el rector José Eduardo Hernández Nava, luego de dar la bienvenida a la comunidad universitaria, dijo que la actividad con la que se inicia el semestre será de la mayor utilidad para entender los alcances jurídicos y políticos de las trasformaciones de nuestro país. A los alumnos, les deseó que aprovechen al máximo el semestre y todo lo que esta casa de estudios les ofrece para que se formen de la mejor forma posible.

Además, el mandatario reiteró a los alumnos que ellos representan la razón de ser de la Universidad y que “vamos a estar al pendiente de todas sus necesidades, como lo hemos venido haciendo hasta ahora, entregando equipo a diferentes plantes”.

Anunció, además, que pronto estará de visita por los diferentes campus de la Universidad.

Por último, el director del plantel, Carlos de la Madrid Virgen, dio un mensaje de bienvenida a la comunidad académica y estudiantil, donde resaltó el elemento fundamental que permite el desarrollo de la facultad, en alusión a la perseverancia de quienes la integran. BP

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