Tener contacto frecuente con ciertos productos químicos de uso cotidiano en el campo, la industria y el hogar, podría conducir al organismo humano a desarrollar insuficiencia en la médula ósea, informó especialista del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Se trata, explicó Jorge Vela Ojeda, jefe del servicio de Hematología de la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) “Dr. Antonio Fraga Mouret”, del Centro Médico Nacional La Raza, de la anemia aplástica, una falla de la médula ósea que se caracteriza por la incapacidad de ésta para producir apropiadamente los diferentes elementos sanguíneos.
La médula ósea, detalló Vela Ojeda, es el tejido que se encuentra en la parte interior de los huesos, que ayuda a formar las células sanguíneas (glóbulos rojos, blancos, así como plaquetas) y cuando presenta alguna falla en su funcionamiento, expone a la persona a tener sangrados frecuentes, desarrollar anemia y adquirir infecciones.
A la también llamada aplasia medular se le asocia con el contacto frecuente con radiaciones, así como con bencenos y otros hidrocarburos aromáticos tóxicos presentes en insecticidas, gasolinas, pegamentos, solventes de todo tipo y pinturas, detalló.
Asimismo, se relaciona con dosis altas de clorafenicol (que se utilizaba como antibiótico) e infecciones virales como hepatitis, herpes y VIH. Además, existen causas congénitas, aunque al menos 50 por ciento de los casos corresponden a la llamada anemia aplástica idiopática; es decir, que se desconoce la causa que la originó, dijo Vela Ojeda.
A pesar de que su incidencia es muy baja –de 0.4 a 0.8 casos por cada cien mil habitantes por año en México–, en el Seguro Social se cuenta con el personal capacitado y la infraestructura necesaria para atender a los derechohabientes con anemia aplástica, enfermedad menos frecuente, por ejemplo, que las leucemias.
El jefe del servicio de Hematología de la UMAE del Centro Médico Nacional La Raza destacó que los síntomas son resultado de la insuficiencia de la médula ósea y la pérdida de la producción de células sanguíneas. El conteo bajo de glóbulos rojos (anemia) lleva a que se presente fatiga, debilidad y palidez.
Un conteo bajo de glóbulos blancos (leucopenia) produce aumento del riesgo de infección. Y tener pocas plaquetas (trombocitopenia) ocasiona sangrados de las membranas mucosas y de la piel, abundó.
El especialista en hematología del Seguro Social explicó que para el tratamiento de la anemia aplástica, el primer procedimiento de elección es el trasplante de células progenitoras hematopoyéticas o células madre; sin embargo, de cada 10 pacientes, sólo tres van a tener un donador familiar compatible. Los otros siete deben someterse a un proceso inmunosupresor a través de fármacos.
Además, continuó, se puede recurrir a donadores alternativos o a un trasplante de células progenitoras de sangre de cordón umbilical.
Si no se trata a tiempo, subrayó Jorge Vela Ojeda, la anemia aplástica puede ser mortal, pero al menos 8 de cada 10 personas trasplantadas se curan de forma definitiva, mientras que con tratamiento inmunosupresor, alrededor del 60 por ciento de los enfermos superarán la enfermedad.
Como medidas preventivas, el especialista del IMSS llamó a evitar el contacto sin protección con insecticidas, herbicidas, pinturas y solventes; tratar a tiempo cualquier infección, llevar una alimentación sana con poca ingesta de productos industrializados y cuidar las condiciones de higiene en la casa. BP
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