En México, los cambios de uso del suelo, deforestación, minería, pesca, agricultura y turismo son las principales actividades económicas que afectan la calidad ambiental de los ecosistemas marinos y costeros, señaló Omar Celis Hernández, catedrático del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), adscrito a la estación El Carmen del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICML) de la UNAM.
“Aunque no todas las regiones costeras presentan el mismo tipo de influencia antropogénica es claro que las costas sufren una combinación de contaminación y sobreexplotación de los recursos pesqueros, lo que disminuye la actividad primaria, ocasiona pérdida de biodiversidad y posibles amenazas en la salud humana”.
Agregó que las principales fuentes de contaminación terrestres son las aguas residuales de origen urbano e industrial no tratadas. La recolección y disposición incorrecta de los residuos sólidos y la falta de tratamiento de las aguas residuales constituyen los problemas habituales de contaminación.
“Esto se agudiza si sumamos el factor del aumento de la población, que genera más desechos a estos ecosistemas”.
El especialista reconoció que en la nación, la cual comprende 11 mil 122 kilómetros de litorales, se requiere más investigación científica para evaluar la cantidad de afectaciones en mares y costas.
Contaminantes industriales y domésticos
De acuerdo con el tipo de industria que haya en una región es el tipo de contaminante que arroja al ambiente. Por ejemplo, la minera, metalúrgica, curtiduría, de pinturas y petrolera son conocidas por contaminar con metales pesados como cobre, plomo, zinc, vanadio, cromo y cadmio.
“La industria petrolera es conocida por contaminar con hidrocarburos y metales pesados como níquel, vanadio y bario. Las actividades agrícolas pueden aportar contaminantes orgánicos como el DDT y otros compuestos organoclorados y organofosforados que vienen presentes en los plaguicidas para proteger los cultivos. La industria cosmética y de belleza se ha relacionado a microplásticos y otros contaminantes emergentes”, detalló.
En tanto, la población contamina el ambiente al tener un mal manejo de los residuos que generan en sus casas y trabajos, detalló Celis Hernández.
“Por ejemplo, si arrojan las baterías a la basura en vez de contenedores especializados van a contaminar el ambiente con metales pesados. Si arrojan los medicamentos caducos a la basura estos serán liberados al ambiente por medio de los lixiviados generados en los rellenos sanitarios, y también el mal manejo de los envases de plástico es otro contaminante importante”, destacó.
El especialista consideró que costas, mares y cuerpos de agua dulce como ríos y lagunas enfrentan igual situación, pues las actividades industriales son las mismas y los residuos llegan a los mares.
Comentó que el problema de contaminación en los ambientes acuáticos aumentó.
“El Instituto Nacional de Estadística y Geografía reportó en 2015 que los problemas de sobreexplotación de los acuíferos han ido aumentando, ya que en 1975 había 35 acuíferos identificados como sobreexplotados, aumentando de 104 en 2004 a 157 en 2019. Y que el principal problema de contaminación en el agua se presenta en el Valle de México y el sistema Cutzamala, seguidos de la Península de Baja California”.
Celis Hernández señaló que en la Estación El Carmen del ICML, ubicado en Campeche, las investigaciones se relacionan con contaminación por metales pesados y microplásticos.
Para que los ciudadanos participen en la reducción de contaminantes, el especialista sugirió tomar conciencia sobre el manejo de la basura generada, no tirarla indiscriminadamente al ambiente, reciclar y recordar que se comparten los ecosistemas con otros seres vivos.