Colima.- La nula comunicación de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) en Colima con la Delegación de la Profeco, orilló a su líder a buscar interlocución regional y evitar que la Procuraduría Federal siguiera perjudicando al comercio formal de la entidad.
Andrés Rivas Franco buscó, por medio de la Canaco Guadalajara, al coordinador de delegados de la Profeco Zona Occidente para encontrar una solución a las acciones de la delegación de Profeco, que calificó de excesivas.
Rivas Franco, en entrevista con los medios de comunicación, explicó que la respuesta del coordinador regional, Isaac Acevedo, fue inmediata.
Ayer lunes sostuvieron la primera reunión donde se acordó que este martes mismo habría personal regional verificando cada uno de los casos que tuvieron alguna afectación o suspensión de la dependencia federal.
“De entrada ya hubo una postura diferente de la coordinación regional para tomar este tema en Colima y vamos a hacerlo a través de los organismos empresariales. Además nos respondió algo que ya habíamos pedido en Colima, que hubiera un acercamiento y nos explicaran exactamente la normatividad vigente”.
Rivas Franco dijo que la Coordinación Regional ofrecerá un curso para que los empresarios puedan cumplir con toda la normatividad.
“Hoy estarán dos personas (de la coordinación) para acompañarnos y primeramente ver los casos de los negocios con sellos de suspensión y vamos a ver cuáles son los mecanismos que ellos mismos tienen, para a la brevedad quitar esos sellos”.
El líder empresarial dijo que incluso muchos empresarios pedían que se les dejara poner un leyenda de por qué estaba el sello y la gente no pensara que era por todos los productos de la empresa.
“Los sellos de suspensión son excesivos y ocasionan un daño moral y patrimonial al empresario porque la gente piensa que el empresario le estaba causando un daño al consumidor y no es así”, dijo.
“En muchos casos el error o por lo cual Profeco actuaba, era por una etiqueta mal, un marcado erróneo, una dirección del fabricante equivocada y cosas que se subsanan en un día, pero los sellos seguían ahí porque en la entidad no había nadie facultado para quitar los sellos”.
“Entonces nosotros nos quedamos sin interlocución de la delegación en Colima. Eso originó mucha incertidumbre de los empresarios, afectados y no afectados, porque incluso aunque algunas empresas no habían sido verificadas, les inquietaba que en Colima no hubiera quién pudiera esclarecer de manera puntual, cuales eran las condiciones de las sanciones y regulación”.
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