Durante su charla, comentó que el IPN ha trabajado en el rediseño de algunas licenciaturas, lo que ha implicado cambiar su estructura curricular y procurar una adecuada gestión educativa.
“Se ha pretendido –dijo– transitar hacia una estructura curricular que tenga una integración de contenidos y nuevas unidades de aprendizaje (asignaturas), por lo que es necesario hacer un análisis de los referentes normativos y técnicos”.
El ponente dijo que los nuevos escenarios y los puntos críticos han sido evaluados por estrategias de seguimiento. Para lo anterior, “fue necesario definir las prioridades institucionales a través del trabajo colegiado de autores de las prácticas de los docentes”.
Como parte de este trabajo, señaló que se han generado propuestas de intervención y una experiencia importante sobre el diseño e implementación de un programa de formación de carácter integral que, además de brindar una oferta dirigida a los docentes del instituto, también ofrece opciones de desarrollo profesional y formación continua.
A pregunta concreta sobre el valor de los contenidos virtuales en el proceso educativo, respondió que los jóvenes tienen tiempo y estilos de aprendizaje distintos: “En este sentido, esa forma de enseñanza permite ritmos personales de aprendizaje siempre y cuando estén bien diseñados”.
Para lograr lo anterior, dijo por último, es necesario un rediseño del trabajo presencial hecho por profesores y diseñadores didácticos que propongan modelos distintos al presencial, finalizó. BP.