Corea del Norte volvió a proferir este martes la amenaza de una «guerra termonuclear» en la península coreana y aconsejó a los extranjeros que viven en Corea del Sur que consideren evacuar el país, advirtiéndoles que corren un riesgo personal en caso que estalle un conflicto.
La Casa Blanca calificó este martes estas amenazas de Pyongyang de «retórica inútil que no hará más que aumentar las tensiones», según el portavoz de la presidencia estadounidense.
El almirante Samuel Locklea, jefe del Comando Asia-Pacífico, dijo que Estados Unidos sólo interceptará un misil de Corea del Norte si constituye una amenaza para Washington o sus aliados.
Locklea se mostró contrario a derribar cualquier misil lanzado por el régimen norcoreano. Sin embargo, aseguró que «sin duda recomendaría» interceptar un misil de Corea del Norte «si fuera en defensa de nuestros aliados» o de Estados Unidos.
Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, advirtió este martes que la situación en Corea del Norte puede llegar a ser «incontrolable» tras reconocer que «el nivel de tensión es muy peligroso».
«La península coreana se dirige hacia una guerra termonuclear», estimó este martes el Comité norcoreano para la Paz en Asia Pacífico en un comunicado.
«En caso de que haya una guerra, no queremos que extranjeros que viven en Corea del Sur resulten heridos», añadió el Comité, recomendando a «todas las organizaciones internacionales, empresas y turistas que se preparen a medidas de evacuación».
Corea del Norte, que desplegó recientemente dos misiles de medio alcance en sus costas, advirtió el viernes pasado que a partir del 10 de abril ya no podrá garantizar la seguridad de las misiones diplomáticas en la capital, Pyongyang, alimentando los temores de un tiro de misil o de un ensayo nuclear inminente.
Sin embargo, ningún país con representación en Pyongyang ha considerado necesario -por el momento- evacuar su personal. Algunas capitales estiman incluso que se trata únicamente de una nueva maniobra de Pyongyang para aumentar la presión.
«El clima en Pyongyang es de normalidad y nada se percibe fuera de lo común en la ciudad», afirmó el embajador de Brasil en Corea del Norte, Roberto Colin, en una entrevista.
«Nada parece haber cambiado en el comportamiento de la población local», añadió.
Desde hace varias semanas Corea del Norte lanza amenazas de guerra nuclear como respuesta a las sanciones de la ONU por un nuevo ensayo nuclear del país a principios de febrero y por las maniobras que Estados Unidos y Corea del Sur están llevando a cabo en la península.
Un alto responsable de Corea del Sur confirmó el pasado viernes que Corea del Norte transportó en tren, a principios de la semana pasada, dos misiles Musudan de medio alcance hacia la costa este del país, donde fueron instalados en vehículos equipados con un dispositivo de tiro.
El Musudan podría tener un alcance de 3 mil kilómetros, es decir la capacidad de alcanzar Corea del Sur o Japón. Si sólo lleva una carga ligera podría alcanzar 4 mil kilómetros, de manera que en teoría podría llegar hasta Guam, una isla del Pacífico a 3 mil 380 km de Corea del Norte donde están estacionados 6 mil soldados estadounidenses.
Japón indicó este martes que desplegó misiles Patriot en el centro de Tokio para frente a cualquier tiro que amenace al archipiélago. Otras baterías interceptoras serán también instaladas en la isla de Okinawa (sur de Japón).
China, el poderoso aliado de Corea del Norte, que cansado de no ser escuchado también votó las sanciones contra el hermético régimen norcoreano en la ONU, pidió este martes que cese la escalada de tensiones en la península.
«China no quiere caos a sus puertas», declaró Hong Lei, portavoz de la diplomacia china.
«Pedimos a todas las partes que den prioridad a los intereses de paz y de estabilidad de la región, y que protejan los derechos e intereses legítimos, así como la seguridad, de los ciudadanos de otros países», añadió.
Con información de AFP