Ginebra.- La pandemia por COVID-19 está por alcanzar los 9 millones de contagios en el mundo, pues este martes 23 de junio sumó 8 millones 993 mil 659 casos acumulados y 469 mil 587 muertes.
Este día se observaron 67 mil 425 nuevos casos y 2 mil 436 nuevas muertes en América, dejando un acumulado total de 4 millones 437 mil 946 contagios y 224 mil 207 víctimas mortales, manteniéndose como el foco de la pandemia.
Estados Unidos acumuló hoy 2 millones 268 mil 753 casos y 119 mil 761 fallecimientos, sin moverse de su puesto como el país más afectado por la pandemia, junto con Brasil quien suma un millón 85 mil 38 casos y 50 mil 617 muertes.
En tercer lugar de casos se coloca Rusia con 599 mil 705, India con
440 mil 215, Reino Unido 305 mil 293, Perú 254 mil 936, Chile 246 mil 963, España 246 mil 504, Italia 238 mil 720 e Irán 207 mil 525.
El tercer lugar de fallecimientos lo ostenta Reino Unido con 42 mil 647, Italia 34 mil 657, Francia 29 mil 591, España 28 mil 324, México 21 mil 825, India 14 mil 11 Irán 9 mil 742 y Bélgica 9 mil 696.
COVID-19 no va a desaparecer
En el marco del Día de las Naciones Unidas para el Servicio Público, el director de la OMS, Tedros Adhanom Gebreyesus, reiteró que el COVID-19 no va a desaparecer, sino que irá creciendo, de ahí la importancia de acercar las herramientas a la primera línea de atención.
Resaltó que la medida del éxito no solo será desarrollar herramientas seguras y efectivas, sino distribuirlas equitativamente.
Por otro lado, consideró que la pandemia ha reenfocado la visión de las autoridades sanitarias internacionales en varios puntos: el valor de los sistemas de salud resilientes que pueden soportar la adversidad; la importancia de la solidaridad y la equidad, es decir proteger a otros mientras nos protegemos a nosotros mismos; y la importancia de invertir en la fuerza laboral de la salud.
“Invertir en trabajadores de la salud no es un costo. Es una inversión. Es un compromiso político y moral asignar los recursos necesarios en los trabajadores de la salud como la base de un mundo más seguro y equitativo”.
La pandemia por COVID-19 ha resaltado que los trabajadores de la salud también tienen un derecho incuestionable a la salud, salarios justos, así como acceso a equipo de protección para que desempeñen su trabajo de manera segura.
Destacó que en este momento, muchos de ellos manifiestan desafíos de salud mental por el estrés de responder a la pandemia, además de que otros tantos han contraído el virus SARS-CoV-2 y muchos más han perdido la vida.
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