TAREA PUBLICA
(Amlo, por el respeto entre los pueblos, reprueba al gobierno ruso por la invasión a Ucrania)
Por: CARLOS OROZCO GALEANA
El mundo observa, preocupadamente, las acciones invasoras del gobierno de Vladimir Putin en los últimos siete días y quien hace unos meses, en la Asamblea de la ONU, se había comprometido a no invadir Ucrania, habida cuenta que ya había enviado tropas cerca de la frontera ucraniana engañando a los rusos y a la comunidad internacional que no invadiría a su vecino.
Las últimas noticias muestran ya los primeros resultados: daños incuantificables de instalaciones estratégicas ucranianas y al menos una centena de caídos de ambos lados. Se espera que la acción invasora ordenada por Putin, comparado ya con el dictador Hitler, vaya a más sin considerar la invitación – advertencia de varios de los presidentes europeos que han demostrado su solidaridad con los invadidos, aliados occidentales que reprueban el proceder de Putin.
Qué mueve a Putin? Pueden ser motivos enormes, tan grandes como las multitudes implicadas en esos acontecimientos. Causas impersonales como los desequilibrios económicos, la carencia de recursos naturales, los tanteos geoestratégicos… O personales pero desaforadas, como los gigantes imaginados por don Quijote: En opinión de Fernando Savater, vertidas a El País, “figuras históricas tienen colosales ambiciones dinásticas o de poder descarnado, todas sus manías son megalomanías, su crueldad o su caridad desbordan la escala humana. Suscitan temores reverenciales, apegos esclavizadores, odios casi teológicos”. Efectivamente, Putin no puede admitir la existencia de un país independiente, cuyos ciudadanos quisieron vivir aparte, desarrollar su cultura propia, construir un destino distinto.
“El Gobierno de Rusia se ha comportado con el matonismo de los grupos mafiosos y la gran delincuencia, primero amenazando, después mintiendo y luego desencadenando una violencia propiamente bárbara que pone en peligro la vida de millones de ciudadanos, arruina las economías, también la rusa, y siembra el desorden en las relaciones internacionales”, insistió en su editorial Diario El País de España, cuyo presidente Pedro Sánchez, expresó claramente cuál es la posición de su país – en sentido reprobatorio- de la invasión a Ucrania.
El jueves por la mañana, el representante ante Naciones Unidas por México, el doctor Juan Ramón de la Fuente, dio una cátedra del buen decir al poner en la mesa la posición mexicana de respeto al derecho de los pueblos a gobernarse a sí mismos y lo secundó el secretario de relaciones exteriores Marcelo Ebrard, quien fue más allá y condenó al régimen ruso por negarse a negociar el conflicto conforme al derecho internacional como lo recomendó al mismo Putin el mandatario chino. Por su parte, el presiente Amlo, en Colima se pronunció contra la invasión de cualquier país por otro.
Esa guerra que ha iniciado, si bien no es de México, compete a la humanidad y es menester que los dirigentes de las naciones usen sus mejores oficios para terminar rápido lo que no debió haber comenzado. Ninguna invasión de un país a otro tiene justificación porque hay normas de convivencia entre naciones y deben respetarse tratados comerciales, territorios y cualquier acuerdo establecido así hayan sido firmados en tiempos pasados. La negociación debe ser el instrumento principal.
Sin duda, esta guerra tendrá repercusiones en la economía mundial, comenzando con el incremento en los precios del petróleo brendt que se irá a más de 100 dólares el barril. De igual modo, las sanciones de otro orden que promueve USA, aunque parezcan insuficientes, moverá las bolsas de valores y hará que reinen las especulaciones financieras y comerciales ante el desconocimiento por no saber cuándo y cómo terminará ese episodio trágico para la humanidad.
Putin es un hombre de poder, frío y resuelto. He leído que tuvo una infancia muy dura y que fue transferido de su hogar hacia el de amigos conocidos, creció en solitario faltándole la presencia paterna en su formación; se enlistó en el Ejército desde muy joven y comenzó como militar un ascenso que lo llevó a ser jefe de la KGB y luego a donde está. Es duro negociador y le gusta demostrar poder y fuerza ante cualquier personaje con peso político.
Es obvio que teniendo esa vida en su adolescencia y más allá de esa etapa, de manera tan ingrata, haya desarrollado un gran resentimiento y rabia contra el mundo y su realidad. No en balde, he observado que muchos manifestantes lo comparan con Hitler y lo critican como un ser “bastardo y malvado”, lo cual parece ser cierto.
Toda guerra tiene consecuencias sensibles. No solo habrá miles de muertos sino que al final habrá un déficit humanitario porque el dictador se ha esmerado en acrecentar territorios aun a costa de sufrir consecuencias serias por la intervención de la comunidad internacional. Por lo pronto, las sanciones no han hecho mella en este hombre decidido a apoderarse a la mala de una nación que posee vastedad en minerales que sirven a la industria de tecnologías y ya amenaza con usar su potencial nuclear si lo cree necesario.
Si bien esa guerra no es nuestra, reitero, porque está lejana y no tendríamos vela en ese entierro, como habitantes del planeta si debe preocuparnos cualquier alteración en los equilibrios mundiales. Todo conflicto, y más cuando los participantes tienen poderío nuclear como Rusia,(Putin amenaza con usar su poder nuclear si un país de la OTAN interviene en el conflicto directamente), ha de interesarnos porque va en suerte el presente y el futuro de la humanidad sacudida hoy por la pandemia y por la barbarie del dirigente de un pueblo que mucho sufrió hace algunas décadas por el embate alemán. Está haciendo lo mismo que le forjaron cuando estuvo a punto de sucumbir ante el poderío alemán en 1945.
México tiene que reiterar su profunda fe en el respeto entre los pueblos, fórmula única que garantiza la convivencia entre naciones. El gobierno mexicano, fiel a su historia, está en lo correcto al declararse contra toda amenaza a la paz.
Sin embargo, al parecer ese logro no se visualiza por ahora. El dictador ruso está recibiendo la reprobación mundial y los últimos días su homólogo chino le pidió consideración y que escogiera el camino de la negociación y para la agresión, pero Putin está decidido a derrocar al régimen ucraniano y establecer una dictadura al igual que la que él ejerce en Rusia.