TRASGRESORES DE LÍMITES
Por: NOÉ GUERRA PIMENTEL
Es claro que el Gobierno de Jalisco continúa auspiciando la inestabilidad social en las tres zonas de límites de las que pretenden apropiarse, a saber la zona de costa 15 mil 100 hectáreas, en la desembocadura del río Marabasco, en Manzanillo, con un tercio del territorio municipal, cercado el Aeropuerto Playa de Oro; en Minatitlán con toda la zona minera, 20 mil 936 hectáreas, donde se localiza la mina de Peña Colorada, antes paraestatal hoy propiedad de Hylsa-Ternium y que incluye hasta la cabecera municipal; una extensión de 4 mil 646 hectáreas de los Volcanes (Fuego y Nevado de Colima) entre Comala, Villa de Alvarez y Cuauhtémoc, potencial zona de desarrollo turístico y alta plusvalía inmobiliaria que incluye hasta la Laguna de la María.
De ello, solo baste recordar que entre diciembre de 1997 y enero de 1998, el gobierno panista de Alberto Cárdenas Jiménez demandó a Colima ante la SCJN, mediante controversia, para establecer “en definitiva” los límites territoriales y definir a qué autoridad estatal debían dirigirse los habitantes como gobernados, en esas tres zonas. En cuanto se calma un lado, le mueven por el otro y así han venido de manera ininterrumpida desde hace por lo menos quince años, aunque sus pretensiones expansionistas vienen de más lejos, desde allá en los tiempos del general J. Jesús González Lugo y así cada sexenio sin quitar el dedo del renglón en este litigio en el que no se ve por donde puedan tener otra razón que no sean su desmedida ambición.
La última fue la de las Pesadas, en Minatitlán donde acusan presuntos despojos ejidales y otras marrullerías del tipo, arguyendo hasta homicidios e invasiones sin probar y hechas públicas en la prensa tapatía, principalmente en La Jornada de Jalisco, donde en busca del morbo para aumentar sus ventas y circulación, con total amarillismo poco les ha importado la estabilidad social, han auspiciado e irresponsablemente se han dado vuelo con esta situación en la que solo exponen a los vecinos ¿indígenas?, utilizándolos como carne de cañón, calentándoles la cabeza y alentándolos al enfrentamiento con medias verdades y visiones parciales, manejando que Colima es su agresor, invasor y opresor e incitándolos a que se defiendan de los colimenses, cuando bien sabemos que es exactamente al revés.
Hasta el momento el Gobierno de Silverio Cavazos ha venido actuando bien, con prudencia, legalidad y mesura ante los alzados que armados con palos y machetes amenazaron a la representación mediadora colimense, cuando la semana pasada acudió al sitio para evitar se posesionaran de un predio del Minatitlán. Como apenas hace poco más de medio año otros de Jalisco, concretamente el alcalde de Cihuatlán cerró el puente de la carretera nacional, sin que a la fecha la SCT haya tomado cartas en el asunto, ni cuando el mismo atrabancado Enrique González, al frente de una caterpillar desvió el cauce del Marabasco intentando forzar otros límites. Flagrancia, en ambos casos, en los que la Segob ha sido más que omisa, cómplice de los desmanes que soterradamente ha venido provocando el gobernante jalisciense Emilio González, quien parece que no ve las angustias del Presidente, al que en lugar de ayudarlo solo le crea más problemas.
A todo esto, es difícil que el Senado resuelva la situación ¡vaya! nuestros flamantes representantes en la cámara alta o sea los Senadores y la Senadora por Colima, luego de sus frustradas aspiraciones con las que unos y otra buscaron engancharse a la gubernatura, ahora tienen otras prioridades, son otros sus afanes, cosas más importantes que atender como continuar cobrando sus dietas, viajando al extranjero a costa del erario, lograr otro escaño plurinominal, hacer méritos para colarse al gabinete o de perdida lograr alguna franquicia estatal para bien vivir, en lo que sale algo mejor.
RECADITO: Margarita, recibe nuestro más sentido pésame, deseándote una pronta resignación ante esta dolorosa pérdida.