Cruzando el trecho entre el dicho y el hecho

La planificación como clave para cumplir los propósitos de año nuevo
Por: César Augusto García Avitia

El comienzo de un nuevo año a menudo nos inspira a reflexionar sobre nuestras vidas y establecer nuevos propósitos.

Sin embargo, “del dicho al hecho hay mucho trecho” y muchos hemos visto como nuestros objetivos se desvanecen al avanzar el año. La buena noticia es que es posible aumentar las posibilidades de éxito utilizando una planificación efectiva. La planificación es un proceso mental que implica una serie de características y pasos clave para organizar y alcanzar objetivos.

Paso 1. El primer paso para alcanzar nuestros propósitos de año nuevo es definir los objetivos de manera clara y específica. En lugar de establecer metas vagas como «ponerse en forma», debemos ser precisos. Por ejemplo, se puede decir: «perder 5 kilogramos antes del 1 de julio». La claridad nos dará una dirección sólida para trabajar.

Paso 2. Una vez que se tengan objetivos definidos, hay que dividir las grandes metas en tareas más pequeñas. Si un objetivo es perder peso, las acciones podrían incluir «hacer ejercicio tres veces por semana». Las acciones en su conjunto conforman una estrategia, la cual debe ser congruente con los objetivos y también debe haberse comprobado su eficacia. ¡No hay que esperar milagros!

Paso 3. Cada objetivo requerirá recursos para alcanzarlo. Esto podría ser tiempo, dinero, habilidades específicas o apoyo de otros. Identificar estos recursos nos ayudará a planificar adecuadamente. Si deseamos, por ejemplo, mejorar nuestras habilidades profesionales, es posible que necesitemos invertir en capacitación. Si buscamos perder peso, debemos asignar tiempo para hacer ejercicio.

Paso 4. Los plazos son esenciales en cualquier planificación. Hay que establecer fechas realistas para nuestros objetivos y las acciones que los acompañan, esto nos ayudará a mantenernos enfocados. Por ejemplo, si un objetivo fuera arreglar nuestra casa, hay que establecer fechas límite para cada tarea necesaria.

Paso 5. Enfrentaremos desafíos en el camino hacia nuestros propósitos, por eso es importante anticipar posibles obstáculos y desarrollar estrategias para superarlos. Por ejemplo, si queremos ahorrar dinero, un riesgo son los gastos inesperados. La estrategia sería crear un fondo de emergencia.

Paso 6. Aunque la planificación es crucial, también debemos ser flexibles. La vida está llena de sorpresas, y a veces los planes pueden cambiar. No hay que desanimarnos si algo sale mal o si es necesario ajustar el plan. La clave es adaptarse y seguir adelante.

Paso 7. Una vez que comenzamos a trabajar en nuestros objetivos, hay que realizar un seguimiento constante del progreso, mantener un registro de los logros y ajustar el plan según sea necesario. La autoevaluación nos ayudará a mantenernos motivados y en el camino correcto.

Paso 8. La planificación implica tomar decisiones importantes. Tendremos que decidir cómo asignar recursos, priorizar tareas y tomar decisiones que nos acerquen a nuestros objetivos. Hay que mantener nuestro compromiso para llegar al resultado final.

Paso 9. Compartamos nuestros objetivos con amigos, familiares o colegas de confianza. La comunicación puede aumentar nuestro sentido de responsabilidad y nuestros seres queridos pueden brindarnos apoyo emocional cuando enfrentamos desafíos.

El proceso de planificación es una herramienta poderosa para convertir nuestros propósitos en realidad. Con un enfoque estratégico y una planificación efectiva, estaremos mejor preparados para alcanzar nuestras metas. Así que adelante, ¡a cruzar el trecho entre el dicho y el hecho!

 

Doctor en Psicología César Augusto García Avitia
Profesor e investigador de la Facultad de Psicología de la Universidad de Colima
Contacto: garciaavitia@ucol.mx