GOLPES A LA AUTOCOMPLACENCIA
Por: Noé Guerra Pimentel
La semana pasada tuve la oportunidad de estar una serie de eventos, entre sociales, políticos y culturales que como un todo en mí, replantearon la disyuntiva enorme de continuar creyendo en lo que somos y en cómo somos o personalmente empezar a ir cambiando visiones y actitudes, eliminar esas varias zonas erróneas que todos tenemos a efecto de actualizar conceptos y renovar modos. Nunca es tarde, dicen y menos para replantearse. Con lo que me quedó claro que si por algo debemos empezar para mejorar este país, debe ser por nosotros mismos.
El miércoles 17, estuve en el Archivo histórico de la Universidad de Colima para conocer el último trabajo de la historiadora Margarita Nettel Ross, éste, sobre la modernidad de Colima desde el porfiriato hasta la conclusión de la Revolución, con el arribo de Calles a la Presidencia, cuando esbozó un México visto a través de sus instituciones. En esta presentación, en la que por supuesto destaca la novedad del uso documental y el trabajo de edición accesible, independiente a la injustificada intrusión de algún improvisado y mínimos deslices cronológicos; es, ya por sí, trascendente el aporte que Nettel, quien con su seriedad, modestia y sencillez ha hecho a la historiografía de Colima.
El jueves 18 fue Abelardo Ahumada en ese mismo lugar, por la noche, quien comisionado por el pleno de la Sociedad Colimense de Estudios Históricos, refirió la Tradición viva de dicha agrupación haciendo un justo reconocimiento a los consocios ausentes ante un público en su mayoría compuesto por jóvenes de bachillerato de la Universidad de Colima y por familiares de los aludidos, quienes se mostraron interesados en dicha plática que puntualmente y en lenguaje coloquial, Ahumada González descorrió el devenir del organismo cultural colimense que “como institución más obra escrita produjo durante el siglo pasado”. Lo que no es cualesquier cosa, si valoramos que la misma, durante sus más de veinte años, ha sobrevivido con sus propios recursos.
La tarde del viernes 19, acompañado por quien me invitó, presencié la conferencia que Denise Dresser ofreció en el casi lleno Teatro Universitario. De ésta, lo que más me sorprendió fue nuestra desarrollada capacidad de cinismo, ya que la mayoría, si no es que la totalidad, como viendo desde lejos -cuando realmente estamos dentro-, no solo pagaron y algunos hasta delirantes aplaudieron, cuando solo vino –como anda por todo el país- a restregarnos en la cara lo corrupto, holgazanes e inútiles que somos en un sistema que no ha sido capaz de trascender a sus propios vicios e inercias y en lo que todos, ella incluida, por omisión o acción estamos implicados. No dejó títere con cabeza, desde políticos hasta curas, empresarios y burócratas pasamos por el filo de la doctora para la que en suma, nada sirve en este jodido país de perdedores.
Esa misma noche con mis compañeros de la Asociación de Periodistas y Escritores, encabezados por nuestra presidenta Margarita Sato a invitación del Gobernador, nos reunimos para presenciar su ponencia sobre liderazgo, misma que hay que reconocer tiene muy bien montada y domina a la perfección. Aquí solo baste enfatizar el hecho incontrovertible de que como Gobernador, Silverio Cavazos es el único, no sé de otro, que además de atender su de por sí saturada agenda, se da el tiempo con esta faceta de por sí inusual y que lo haga con esa congruencia y compromiso que coincidentemente le vimos.
El sábado 20, estuvimos con Pedro Ferríz de Con, en el Teatro Universitario, para escuchar su ameno monologo de vivencias y visiones respecto a la mentalidad de los mexicanos que como sabemos, evidente en unos más que en otros, tenemos proclividad a la autoflagelación para justificar nuestras pequeñeces e intrascendencias individuales que en grupo, como sociedad, no nos dejan avanzar.
