¿QUÉ VIENE?
Por: SEAN OSMIN HAMUD RUIZ
Escribo esto sin conocer resultados oficiales de ninguna de las contiendas electorales que se jugaron este domingo en el país.
Pensé en esperar lo más posible para justamente platicar de ello, pero lo pensé un poco y definitivamente quiero comentar sobre lo esperanzador, lo bueno, útil y emocionante.
Primero, a pesar del agobio que se nos hizo sentir con el tema de la seguridad y la posible explosión de violencia que, dado todos los hechos de sangre que cotidianamente vivimos y en particular los referidos a candidaturas bajadas a balazos, se antojaba muy posible, la realidad es que, afortunadamente, no fue el signo y todo transcurrió en paz.
A ojos vista, la participación ciudadana fue alta. Se vislumbran buenos números de asistencia a esta cita con la democracia y eso nos habla de que como mexicanos sí creemos en el voto, las instituciones y en nosotros mismos. Muy destacable es que recordemos que todos los funcionarios de casillas son vecinos, muchas veces conocidos y esa confianza entre nosotros debe reconocerse y celebrarse. Siempre conservarse.
A pesar de la danza de número, de estadísticas saltarinas, de voluntariosos anuncios de triunfo de tirios y troyanos, otra vez nosotros, los ciudadanos de a pie, mantuvimos la calma y ni nos volcamos a la calle a celebrar, tampoco a condenar. Demostramos mayor inteligencia emocional que los contendientes, convirtiéndonos en los verdaderos protagonistas, sin importar las preferencias o divergencias personales. Podemos convivir a pesar de las diferencias.
Hay ciudadanía. Hay civilidad. Hay instituciones. Hay paz. Pudimos libremente conducirnos a nuestras anchas. Claro que los resultados importan y ya que sean oficiales podremos analizarlos. Me quedo con esta acción colectiva. DECIDIMOS.
MICROCUENTO
Volteo a todos lados y las manchas me persiguen tenazmente. Seguro algo me quieren decir y siento cierto agobio. Entiendo el apuro, pero quisiera poder decirles que no fue culpa mía. Llego, cumplo y ya soy una mancha más. Respiro. Ya también está cómodo mi dedo gordo.