El Gobierno de México declaró el 7 de octubre de cada año como el “Día del Vino Mexicano”, en reconocimiento al desarrollo del sector vitivinícola del país, su impacto económico y social en la generación de divisas y empleos, además del posicionamiento de esta bebida en los mercados nacional e internacional, por su calidad y prestigio.
El decreto, publicado el 10 de enero por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural en el Diario Oficial de la Federación (DOF), resalta que México cuenta con potencial para la producción de uva de calidad, al disponer de las condiciones edafológicas y climáticas idóneas para su cultivo, por lo que existe el compromiso de aumentar la superficie sembrada, la producción y las exportaciones.
Refiere que el vino ocupa el tercer lugar de las bebidas alcohólicas más consumidas en el mundo, por lo que esta situación representa una oportunidad para fomentar el consumo del producto nacional y posicionarlo en los mercados.
Establece que la Secretaría de Agricultura promoverá la participación en las actividades que se deriven del presente instrumento, por conducto de los consejos nacionales, representantes de comités de los sistemas Producto Vid e interinstitucionales, consejos, productores y asociaciones civiles y académicas, cuyo objeto o interés estén vinculados a esta industria.
El documento, firmado por el presidente Andrés Manuel López Obrador y el titular de Agricultura, Víctor Villalobos Arámbula, precisa que la vinicultura mexicana ha ganado terreno a nivel mundial y en los últimos tres años obtuvo un promedio de 500 medallas por año.
Asimismo, destaca el turismo enológico del país, que fue reconocido en el marco de la Feria Internacional del Turismo 2021, que se llevó a cabo con expertos del sector vitivinícola mundial para tratar y exponer temas relevantes y de impacto para el sector.
Desde su reingreso en 2016, México forma parte de la Organización Internacional de la Viña y el Vino, la cual se ocupa de los aspectos técnicos y científicos de la viticultura y la vinificación, incluida la producción de uva en todos sus aspectos, no solo del vino, sino también a la uva de mesa y la producción de pasas.
El pasado 31 de octubre, la Secretaría de Agricultura, junto con el Gobierno de Baja California y el Consejo Mexicano Vitivinícola (CMV), organizaron en Ensenada el 43 Congreso Mundial de la Viña y el Vino.
Durante la inauguración del evento, el secretario Villalobos Arámbula subrayó que el sector vitivinícola nacional representa un motor de desarrollo, cuyo dinamismo se refleja en los más de 500 mil puestos de trabajo que genera y que lo convierten en la segunda fuente de empleos en el sector agrícola mexicano.
Resaltó que en México se destina una superficie de 35 mil 823 hectáreas, de las cuales se obtienen alrededor de 452 mil 927 toneladas de uva de todas las vocaciones y más de 73 mil toneladas de uva industrial, lo que permite producir casi cuatro millones de cajas de vino al año, en los 15 estados productores de vid.
Ante vitivinicultores, investigadores, académicos y autoridades de más de 48 naciones, el funcionario federal expuso que México tiene gran variedad de vinos para degustar: Merlot, Chardonnay y Sauvignon Blanc, de Baja California; Cabernet Sauvignon, Syrah, Merlot y Cabernet Franc de Guanajuato; los Sauvignon Blanc y Pinot Noir de Querétaro, entre otros.
El titular de Agricultura indicó que aunque el país es relativamente joven en la producción de vino, hoy se coloca como vigésimo cuarto productor mundial, con una expectativa de crecimiento bastante favorable y, pese al panorama mundial y su impacto en el rubro agroalimentario, este sector ha sido resiliente.