Este martes Rafael Márquez Becerra, solicitó la intervención de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, luego de que elementos de la Procuraduría General de Justicia del Estado vulneraran los derechos de su hijo José Rafael Márquez y nieto Héctor Rafael Aguilar Márquez.
Y es que según el denunciante la PGJE obligaron mediante tortura a sus familiares a firmar sus declaraciones sobre hechos que ocurrieron el 23 de diciembre de 2010 y motivo por el cual se encuentran procesados en el Cereso, supuestamente por estar involucrados en una banda de asaltantes.
De acuerdo a una carta enviada por Márquez Becerra al ombudsman colimense Roberto Chapula de la Mora, en la que se le solicita su intervención, relata que el martes 15 de febrero, a las 8 de la noche llegó a su domicilio en un auto Tran-am en compañía de su hijo y nieto.
“En ese momento se hicieron presentes varias camionetas con elementos de la Policía de Procuración de Justicia, quienes procedieron a la detención de mi hijo y de mi nieto ya mencionados sin presentar orden de detención y sin que les dieran motivo para ello”, detalla el documento.
Asimismo relata que posteriormente, Rafael Márquez Becerra acudió a las oficinas de la PGJE donde le negaron información ni le permitieron hablar con sus familiares.
Motivo por el cual, el denunciante solicitó los servicios del licenciado Salvador Ortega García a quien sólo le informaron que se encontraban detenidos por ultrajes a la autoridad, pero no le permitieron verlos.
Así fue durante el miércoles y jueves en el que no le permitieron hablar con sus familiares y otros tres detenidos quienes se encontraban en la misma situación y asunto.
Hoy la procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), dio a conocer que José Rafael Márquez y Héctor Rafael Aguilar Márquez fueron consignados al Centro de Readaptación Social por robo calificado y pertenecer a una banda de asaltantes la cual fue desmantelada.
A decir de Márquez Becerra en el documento “los obligaron a firmar sus declaraciones sobre hechos que ocurrieron el día 23 de diciembre de 2010 que no cometieron”.
Según el denunciante esto se puede comprobar ya que su nieto Héctor Rafael llegó a Colima procedente de Chile a mediados de enero del año en curso.
“Y el referido 23 de diciembre mi hijo José Rafael, mi nuera Cinthia Fabiola (Garibay Bracamontes) y el suscrito, permanecimos en nuestro hogar, cenamos para preparar la Navidad y después jugamos dominó y nos dispusimos dormir aproximadamente a las tres de la mañana el día 24”, detalla en la solicitud enviada a la CEDH.
Este hecho también ya es analizado por el Comisión Estatal y llama la atención pues recién pasó la denuncia de judiciales que manifestaron ser torturados por la Marina y piden justicia, sus familias ya fueron escuchadas por el gobierno, sólo falta ver si es la misma respuesta con esta familia.
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