EL ARCÓN DE HIPATIA
Por: Saraí AGUILAR ARRIOZOLA
En esta semana se conmemorará el Día de los Derechos Humanos, el cual se lleva a cabo el 10 de diciembre de cada año. Es la fecha en que, en 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Declaración Universal de Derechos Humanos, proclamando sus principios como “un ideal común para todos los pueblos y naciones”.
En México el día llega en el marco de una de las peores crisis económicas, sanitarias y de respeto por los derechos humanos de sus ciudadanos. Vale la pena citar a diferentes actores sociales que han levantado la voz ante la crisis por los derechos humanos que atraviesa el país.
“México no estaba listo para garantizar derechos humanos como la justicia, la salud y la educación durante un suceso excepcional e inédito como la pandemia del Covid-19”. Así fue enunciado por ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación durante un seminario moderado por la periodista Carmen Aristegui en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
Para los ministros Javier Laynez Potisek, Juan Luis González Alcántara y Alberto Pérez Dayán los servicios de salud dejaron de atender a enfermos de padecimientos crónicos, los servicios de justicia se congelaron y miles de familias no cuentan con los recursos para afrontar la educación en línea. (UDGTV 01-12-2020)
Asimismo en días pasados, en el marco del 178 periodo ordinario de sesiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), organizaciones, activistas y víctimas acudieron a denunciar vulneraciones y atrasos que se han dado en esta materia a lo largo de los dos primeros años del actual sexenio.
Para los inconformes, el problema no radica en que no haya existido mejora, lo cual ya es lamentable dada las altas cifras de ejecuciones, feminicidios y desapariciones forzadas, sino que además el gobierno ha eliminado los fideicomisos para atención a víctimas y protección a periodistas y además no ha publicado siquiera el Programa Nacional de Derechos Humanos 2019-2024 (El Universal 05-12-2020).
Y por si fuera poco, desde hace meses que Amnistía Internacional viene señalando preocupación por la falta de transparencia y el uso ilegítimo de fuerza letal en la Guardia Nacional.
Los expertos señalan que resulta difícil determinar el número total de violaciones de derechos humanos que está cometiendo la Guardia Nacional, debido “a la falta de transparencia de las autoridades, la ausencia de un mecanismo especializado e independiente de vigilancia, el hecho de que las víctimas a menudo tienen miedo de denunciar a las fuerzas de seguridad por temor a represalias, y los peligros que inhiben la labor periodística en partes del país”. Por lo que, tras casi dos años de estar en acción, existen pocos indicios de que ésta haya representado un cambio de estrategia o una “nueva era por los derechos humanos” (Amnesty.Org 08-11-2020)
Por si fuera poco, en el Informe “Crímenes de Lesa Humanidad. Décadas de Violencia y Abuso en las instituciones para Niñas, Niños, Adolescentes y Adultos con Discapacidad”, publicado por Disability Rights International, que se dio a conocer hace un par de semanas, se señala cómo en México, a pesar de que los casos son denunciados, las autoridades de todos los niveles permanecen omisas (Reporte Índigo 03-11-2020)
¿Y la CNDH? ¿Cuándo levantará la voz?
Columna publicada con la autorización de @saraiarriozola
