Causas de muerte
Conocer las causas de muerte constituye un elemento fundamental para las políticas públicas debido a que permite la planeación y evaluación de programas de salud encaminados a prevenir enfermedades para prolongar la sobrevivencia de la población.
En 2010, la diabetes mellitus, las enfermedades isquémicas del corazón, las del hígado y las cerebrovasculares son las principales causas de muerte de la población, éstas ocasionaron 37% de los decesos totales.
Las primeras tres causas de muerte en los hombres coinciden con las que acontecen en la población total, la cuarta causa se da por agresiones, mientras que en las mujeres la tercera y cuarta causa son provocadas por enfermedades cerebrovasculares y por enfermedades crónicas de las vías respiratorias inferiores.
En menores de un año
La mortalidad en niños menores de un año distingue dos etapas que reflejan contextos y determinantes biológicos y socioeconómicos muy particulares: la primera ocurre cuando el niño fallece antes de cumplir los 28 días de vida (mortalidad neonatal); la segunda comprende las defunciones de niños con una edad de 28 días y hasta antes de cumplir el primer año de vida (mortalidad posneonatal).
De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en América Latina y el Caribe “los factores maternos que afectan a la salud neonatal son la desnutrición de la madre (incluso antes del embarazo), edad (menores de 18 años o mayores de 35 años), haber tenido más de cinco partos, un intervalo breve entre nacimientos (menos de tres años entre los embarazos) y complicaciones del parto (parto prolongado u obstruido, o parto de nalgas con un solo feto). Otros factores comprenden las infecciones maternas, como las de transmisión sexual, VIH/SIDA, y la infección de las vías urinarias, así como la malaria y la anemia de células falciformes, un trastorno genético que afecta al 5 por ciento de la población, principalmente a la de ascendencia africana, y puede prevenirse con programas de evaluación e información genética.”
Después del primer mes, empiezan a cobrar importancia los factores relacionados con el entorno del medio en que se desarrolla el niño (exposición a microorganismos, condiciones sanitarias, nutrición, entre otras). Como se puede observar, el primer año de vida es especialmente riesgoso, ya que en ese lapso el niño está expuesto a una elevada probabilidad de muerte causada por factores genéticos, problemas congénitos, así como aquellos que dan cuenta de la salud reproductiva de la madre y de sus condiciones socioeconómicas. Es por ello que la tasa de mortalidad infantil es considerada como uno de los indicadores que reflejan el nivel de bienestar de vida de la población.
En 2010 murieron 14 niños de menos de un año por cada mil nacimientos y la mayoría (62.9%) acontecieron antes de que el niño cumpliera los 28 días de haber nacido. Las entidades federativas que presentan las mayores tasas de mortalidad infantil con defunciones que superan las 17 por cada mil nacimientos son Guerrero, Chiapas y Oaxaca. La mitad de las defunciones infantiles registradas en 2010 son producidas por afecciones originadas en el periodo perinatal (49.8 por ciento); una de cada cinco (22.4%) originadas por malformaciones congénitas, deformidades y anomalías cromosómicas y cuatro de cada cien (4.3%) por neumonía.
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