En palabras Llanes
Por: Alberto LLANES
Hace meses, por no decirle años, en el seno de la Facultad de Letras y Comunicación de la Universidad de Colima, venimos, veníamos y, permítanme la expresión, lo llevamos a cabo «y justo de eso vengo a escribir en esta ocasión», un diplomado que pudiera por un lado, actualizar en conocimientos literarios y lingüísticos a generaciones de egresados/as que, por un lado, quisieran volver o regresar a su casa que es la Falcom y, por el otro, reforzar, recordar, conocer, aprender y reaprender lo visto en clases en sus años de formación; y por otro lado, este diplomado sirve/sirvió para que los egresados/as que no hubieran tenido la oportunidad de titularse «por ene o ye motivo», lo hicieran.
Fue así como desde que fungió como directora del citado plantel la doctora Ada Aurora Sánchez Peña, se pensó en planear este diplomado. Sin embargo, por motivos de agenda, de pandemia, de cambio en los programas «por la pandemia», del trabajo de y con la mediación tecnológica «también gracias por la pandemia» y otros asuntos administrativos y de pandemia más, el diplomado quedó nada más en eso, la idea, sí, se escribieron algunas cosas, se hicieron algunos apuntes, se vio la posibilidad de… pero hasta ahí.
El sábado 19 de octubre en el museo Fernando del Paso, se llevó a cabo el cierre del diplomado del que les estoy hablando; la dirección de la Facultad de Letras y Comunicación ya pasó a otras manos y ahora es la doctora Krishna Naranjo Zavala a la que le tocó ver cristalizado este esfuerzo.
El diplomado llevó por nombre: Aplicaciones de la literatura y la lingüística para el ámbito laboral «con fines de titulación en modalidad semipresencial». Esto que pongo en comillas inclinadas claro que le dio un plus, porque se agregan dos elementos importantes para el estudiantado; por un lado, lograr la tan ansiada titulación y, por el otro, tener la posibilidad de estar en presencial y en virtual.
Las actividades/clases del diplomado estuvieron divididas en seis módulos: 1) Enseñanza de la lengua y la literatura, 2) Edición y corrección de estilo, 3) Estrategias de fomento a la lectura «impartido por mí», 4) Escritura creativa multimodal, 5) Publicidad «una materia que urge en el nuevo programa educativo de la Falcom donde convergerán, indiscutiblemente esas dos áreas: letras y lingüística» y 6) Inglés profesionalizante.
Todo esto llevó a cabo del 17 de mayo al 18 de octubre y, repito, el 19, en un acto de conclusión y cierre de actividades, tareas y módulos, los y las estudiantes llevaron a cabo un evento donde presentaron una antología «en la que trabajaron desde el primer módulo» llamada: Leyendas de la tierra del fuego «nombre que ni mandado a hacer porque por este terruño corren muchas leyendas e historias de la tradición oral y, bueno, hace un calor de los mil demonios que con el tiempo se ha agudizado».
La antología rescata el patrimonio oral y lo convierte en literario «al quedar escrito y en formato de libro», de este terruño llamado Colima. Hay leyendas de Comala, Villa de Álvarez, Cuauhtémoc, Minatitlán, Armería, Manzanillo, Tecomán y de los demás municipios que conforman nuestro terruño. El lenguaje está más vivo que nunca y las historias de fantasmas, de dinero enterrado, de diablos que deambulan por doquier, de apariciones macabras o de sucesos paranormales, siempre han estado ahí y hemos cohabitado con ellas y ellas con nosotros.
El grupo de estudiantes «veintiuno en total», entrevistaron a ene cantidad de personas para tener el material en voz y luego trasladarlo al papel, de ahí dividieron esfuerzos y hubo quien se encargó de digitalizar el material, transcribir y llevar a cabo la primera revisión, posterior se llevó a cabo la segunda revisión con un tono ya más de editores, hubo quién diseñó, diagramó, consiguió las imágenes y la maestra Cecilia Caloca y yo escribimos una pequeña introducción y un prólogo.
Este diplomado con todo lo que trajo consigo «cosas buenas, cosas malas, me refiero a estreses y otros detalles», nos mostró que el trabajo se hizo y llevó a cabo por el esfuerzo de muchas… varias voluntades y que en la Universidad de Colima hacemos equipo y trabajamos de esa manera, para generar conciencia, para dejar paso… una huella… de nuestro andar por estos rumbos y con la idea clara de ganar lectores interesados por el acontecer en nuestra entidad.
Estoy muy satisfecho de este proyecto que nos unió o nos volvió a unir como familia universitaria, como comunidad Falcom, como escuela, quiero cerrar diciendo que a algunos de ellos/as ya habían sido mis alumnos en letras, pero aquí, juntamos dos carreras muy afines: Letras hispanoamericanas y Lingüística, para demostrarnos, una vez más, que no es tiempo de andar solos dando tumbos y tras tumbos; este diplomado nos hizo ver que juntos somos más fuertes e, indiscutiblemente, nos quedó mucho más claro, que es el rumbo que debemos tomar: juntar, fusionar, crear un programa nuevo «llámenle como le quieran llamar», donde Letras y Lingüística estén juntitos, vayan de la mano y salgan adelante…
Dejaré nada más una pregunta en el aire ¿dónde carambas está Filosofía y porqué está tan lejos de Letras y de Lingüística?
Punto, fecha y firma… así lo dejo escrito.