El diputado Leonel González Valencia propuso tipificar la pederastia como un delito grave por atentar contra el libre desarrollo de las niñas, niños y adolescentes.
El presidente de la Comisión de Protección a la Niñez y la Juventud de la 56 Legislatura presentó una iniciativa de reforma a diversos ordenamientos, a fin de tipificar la pederastia como delito grave y castigarla con especial rigor.
Esta propuesta también busca garantizar un tratamiento médico y sicológico al menor victimizado.
González Valencia precisó que ante la coyuntura actual de denuncia en Colima, por la presunta red internacional de tráfico de menores, la iniciativa representa una herramienta más para proteger a nuestros niños y jóvenes colimenses, de este tipo de amenazas “tan cargadas de crueldad y salvajismo”.
“El pederasta es igualmente un salvaje y cruel, merece castigos ejemplares pero es preciso definir también en la legislación locales al pederasta, y calificarlo como todo individuo que se aproveche de la confianza, subordinación o superioridad que tiene sobre un menor de 18 años”, añadió.
Lo anterior, derivado de un parentesco en cualquier grado, tutela, curatela, guarda o custodia, relación docente, religiosa, laboral, médica, cultural, doméstica o de cualquier índole, para obligar, inducir o convencer a ejecutar cualquier acto sexual, con o sin consentimiento. De igual forma aplica contra las personas que no tengan la capacidad de comprender el significado del hecho o para resistirlo.
Indicó Leonel que se aplicará de 9 a 18 años de prisión y de 750 a 2 mil 250 días multa, a quien se aproveche de la confianza, subordinación o superioridad que tiene sobre un menor de dieciocho años, derivada de su parentesco o relación precitada.
De igual manera, se garantizará la atención médica, psicológica o de la especialidad que se requiera, así como las instituciones, asociaciones, organizaciones o agrupaciones de carácter religioso, cultural, deportivo, educativo, recreativo o de cualquier índole, se encuentran obligados para resarcir el daño ocasionado a la víctima.
Es frecuente que los pederastas victimicen a niños y niñas de su familia, ahijados o vecinos, también lo es el caso de los profesores con sus alumnos. “Especialmente dolorosos son los casos en que el adulto abusa de su condición o de su profesión: padres con sus hijos o hijas, educadores con sus alumnos, entrenadores deportivos con sus jóvenes pupilos”, indicó, para subrayar finalmente que muchos de ellos amenazan a sus víctimas para guardar silencio y la amenaza más sutil, y al mismo tiempo más cruel, es hacer creer al menor que él también es culpable, o que nadie le va a creer si el asunto se sabe.
Derechos reservados AFmedios