Dos Méxicos

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Por: Rubén Pérez Anguiano*

  • En la Ciudad de México coincidieron dos visiones, en muchos sentidos antitéticas. Una, la de miles de estudiantes de derecho de distintas escuelas y facultades, protestando por la iniciativa de reforma al Poder Judicial Federal. Otra, la de fervorosos asistentes al Zócalo para escuchar el último informe del presidente Andrés Manuel.

  • La marcha fue una expresión antagónica y festiva (toda manifestación juvenil transpira alegría) a la citada propuesta de reforma. Para las y los estudiantes de derecho esa propuesta no busca fortalecer al Poder Judicial, sino maniatarlo, lastimando el ideal republicano que es la base de las instituciones del país desde el siglo XIX hasta la fecha.
  • Algunos de los protagonistas (voceros, más bien) de la reforma judicial, como Arturo Zaldívar (ex presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación) y Lenia Batres (ministra de la misma SCJN) fueron objeto de burlas y desprecio por parte de los contingentes estudiantiles a lo largo de la marcha. Debe ser doloroso para el sentido del “yo”, es decir, la autoimagen de estos personajes, ser objeto de rechazo y no de aplausos, pues en su delirio político hasta creen representar la voz mayoritaria de la sociedad (mediante su lógica de partido).
  • Desde el Zócalo, el presidente dedicó su último informe al recuento de lo que considera los grandes logros de su administración. Digo, es indudable que tuvo logros, pero nunca entenderé el propósito de arrojar afirmaciones tan fácilmente impugnables como decir que el sistema de salud impulsado en su administración, el IMSS-Bienestar, ya está mejor posicionado que el de Dinamarca.
  • También afirmó que los delitos federales tuvieron una reducción, lo cual es decir muy poco frente al fracaso (no se le puede decir de otra forma) en materia de seguridad pública, evidente en muchas regiones y entidades del país.
  • Quizás debió concentrarse en lo fácilmente defendible como el reparto de apoyos sociales y algunas expresiones de obra pública. Vaya, hasta el Tren Maya y la refinería de Dos Bocas pueden gozar de ciertos aspectos publicitarios pese a la controversia que les rodea.
  • En fin, dos ideas de nación se dieron cita en la gran ciudad y ambas hacen evidente que existe una fisura en la sociedad mexicana: una fracción que protesta, negando la información oficial y otra que prefiere creer lo magnífico, incluso hasta la adulación.
  • Esos Méxicos siempre están por allí, más allá de la moda y de los sexenios y, según mi modesta experiencia, ambos tienen una parte de la razón, sólo que nadie hace el esfuerzo por integrarlos.

 

*Rubén Pérez Anguiano, colimense de 56 años, fue secretario de Cultura, Desarrollo Social y General de Gobierno en cuatro administraciones estatales. Ganó certámenes nacionales de oratoria, artículo de fondo, ensayo y fue Mención Honorífica del Premio Nacional de la Juventud en 1987. Tiene publicaciones antológicas de literatura policiaca y letras colimenses, así como un libro de aforismos.