EEUU no expulsará a diplomáticos rusos por espionaje

El Departamento de Estado anunció el miércoles que no piensa expulsar a diplomáticos rusos en relación con el caso de espionaje descubierto esta semana en Estados Unidos.

El vocero del Departamento de Estado P.J. Crowley indicó en Washington que las autoridades estadounidenses han estado en contacto con las rusas para analizar la detención de las 11 personas y no cree que haya repercusiones diplomáticas.

 

Crowley agregó que los «niveles más altos» del Departamento de Estado estaban al tanto de las labores estadounidenses de contraespionaje y el plan para realizar las primeras detenciones. Aunque Crowley no mencionó nombres, el tercer funcionario en importancia del departamento, William Burns, fue embajador en Moscú.

 

Los fiscales dijeron que varios de los detenidos son rusos que vivían en Estados Unidos con nombres falsos y se hacían pasar por canadienses.

 

La residente de Nueva York Anna Chapman ha recibido el apodo de «mujer fatal» en este caso de espionaje con intrigas al mejor estilo de la Guerra Fría; una llamativa pelirroja y empresaria con estilo propio que incursionó en el sector inmobiliario y reflexionó en su página de Facebook: «si se puede soñar, se puede alcanzar».

 

El «sueño americano» de Chapman, según las autoridades estadounidenses, sólo fue una artimaña.

 

La pelirroja de 28 años, aseguran, era una astuta agente secreta rusa que trabajó con una red de otros agentes antes de que un agente encubierto del FBI le tendió una trampa en una cafetería del bajo Manhattan.

 

Aunque Estados Unidos ha dicho que los agentes rusos trabajaban en secreto, por lo menos en el caso de Chapman, ella tuvo cuidado de mostrarse públicamente como una emprendedora de la era digital que abrazó apasionadamente las redes sociales en línea, donde puso información e imágenes para que todo el mundo las viera.

 

Los fiscales han acusado a la mujer y a otros diez sospechosos de seguir órdenes de los servicios de espionaje rusos para asimilarse al estilo de vida estadounidense lo suficiente como para infiltrar «círculos políticos» y enviar información a Moscú.

 

El subsecretario de Justicia estadounidense Michael Farbiarz ha calificado la evidencia contra Chapman de «devastadora». Ella es «alguien con un entrenamiento extraordinario, una agente de alto nivel de Rusia», afirmó.

 

Chapman y otros nueve presuntos miembros de la red fueron detenidos en el noreste de Estados Unidos y acusados de no identificarse como agentes extranjeros, un delito que es menos grave que el de espionaje y conlleva hasta cinco años de prisión. Algunos también enfrentan cargos de lavado de dinero. El undécimo sospechoso fue arrestado en Chipre, acusado de pasar dinero a los otros 10 desde hace varios años.

AP

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