El Gobierno de Egipto respaldado por los militares detuvo el martes al líder de los Hermanos Musulmanes tras una sangrienta represión contra sus seguidores, subrayando su intención de aplastar el movimiento y silenciar las protestas contra el derrocamiento del primer presidente islamista Mohamed Mursi.
El arresto de Mohamed Badie, de 70 años, guía general del movimiento islamista, siguió a una sangrienta represión de manifestaciones que pedían la restitución del primer presidente elegido democráticamente en Egipto, quien fue derrocado por los militares el mes pasado.
Egipto vive el peor conflicto interno de su historia moderna, con unos 900 muertos, entre ellos 100 policías y soldados, después de que las fuerzas de seguridad desalojaran los campamentos de protesta de seguidores de los Hermanos Musulmanes el 14 de agosto en El Cairo.
Un portavoz de una alianza pro-Hermanos dijo que la cifra de muertos entre sus seguidores es de aproximadamente 1.400.
Los disturbios han alarmado a Estados Unidos y a la Unión Europea, pero Israel y algunos países del Golfo Pérsico encabezados por Arabia Saudita han instado a Occidente a no castigar a los nuevos gobernantes.
Qatar, el único país del Golfo Pérsico visto como más afín a Mursi, envió esta semana otro camión cisterna con gas natural licuado a Egipto, pese a la toma del poder de los militares.
Badie fue acusado en julio de incitar al asesinato durante las protestas previas a la caída de Mursi y se espera que comparezca ante un tribunal el 25 de agosto junto con dos colaboradores.
Las imágenes que circulaban en los medios locales mostraron al barbudo dirigente de los Hermanos Musulmanes sentado con cara sombría, vestido con una túnica gris, y con las manos sobre el regazo, mientras junto a él aparecía de pie un hombre con un fusil.
La difusión de las imágenes parecía destinada a humillar al más destacado líder de Hermanos Musulmanes, cuyo arresto implica que los máximos dirigentes del movimiento están ahora presos.
FUERZA
Tras décadas proscritos, los Hermanos Musulmanes surgieron como la fuerza política más preparada después de la caída de Hosni Mubarak en las protestas pro-democracia de 2011.
Ahora, el Estado acusa al grupo de militancia y subversión al estilo de al Qaeda, cargos que el movimiento niega vehementemente.
El paradero de muchos políticos de alto nivel de los Hermanos Musulmanes se desconoce. Quienes usaban frecuentemente las redes sociales han dejado de hacerlo en los últimos dos días. Los arrestos se han extendido más allá de El Cairo, alcanzando a los líderes provinciales del movimiento.
Los Hermanos Musulmanes condenaron la detención de Badie, cuyo hijo de 38 años murió el viernes en los enfrentamientos en El Cairo, y negaron reportes que indicaban que habían designado un líder provisorio.
«Cuando la mano de la opresión se extiende para arrestar a este símbolo importante, eso significa que el golpe militar ha usado todo lo que está a su alcance y se está preparando para largarse», dijo.
La agencia estatal de noticias dijo que Badie había sido llevado a la prisión de Tora, en el sur de El Cairo, donde están otros líderes de Hermanos Musulmanes, además del ex presidente Hosni Mubarak, que probablemente sea liberado pronto.
Una corte examinará el miércoles una petición de libertad bajo fianza para Mubarak, de 85 años, dijeron fuentes judiciales.
Mursi permanece en un lugar no revelado desde que el Ejército lo derrocó tras una serie de protestas masivas en su contra.
«LUCHA CONTRA EL TERRORISMO»
Tamarod, la organización juvenil que orquestó la campaña en las calles contra Mursi, alabó la detención de Badie.
«Arrestar a Badie es un paso importante en el camino de la revolución, de la lucha contra el terrorismo y del desmantelamiento de un grupo terrorista mediante el arresto de sus líderes», dijo Mohamed Abdelaziz, portavoz de Tamarod, en la página de la organización en Facebook.
Los Hermanos Musulmanes, que renunciaron a la violencia hace décadas, han prometido una resistencia pacífica a la toma del poder por parte del Ejército.
El lunes, la Fiscalía abrió una nueva investigación contra Mursi por incitación a la violencia. El mismo día, un tribunal dictaminó que Mubarak, que fue arrestado tras las revueltas de 2011, no podía seguir detenido por acusaciones de corrupción.
El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, pidió a las autoridades que liberaran a Mursi, o al menos que le garantizaran un proceso transparente. También dijo el lunes que debería ampliarse el «muy limitado» espacio político que se da a los Hermanos Musulmanes.
Estados Unidos instó a Egipto a no prohibir al movimiento islamista, una opción que ha sido esgrimida en la última semana por el primer ministro interino.