EL ATAQUE A HEZBOLLAH
Por: Carlos Moisés HERNÁNDEZ SUÁREZ
El ataque de Israel a la milicia de Hezbollah en Líbano es muy peculiar: hace unos días, más de dos mil “beepers” que portaban estos milicianos explotaron, causando, en su mayoría, daños menores a quienes los portaban, aunque hubo un par de decenas de muertos y heridos graves.
Israel no ha confirmado ni negado el ataque, pero es evidente que así fue. El Mossad, uno de los servicios de inteligencia de Israel, fue seguramente el encargado de la operación. Son extremadamente capaces y, si se proponen algo, lo consiguen.
La historia va así: los milicianos de Hezbollah decidieron no usar teléfonos celulares porque saben que Israel domina el mercado en cuanto a tecnologías para interceptar las comunicaciones (léase Pegasus), así que cambiaron a lo básico: los beepers y los radios. Aparentemente, el Mossad interceptó un cargamento de beepers y radios que estaban destinados a Hezbollah y les puso unos gramos de explosivos. Primero, miles de beepers que estaban destinados a la milicia de Hezbollah explotaron simultáneamente y, al día siguiente, cientos de radios.
La razón por la que escribo esto es porque, hasta ahora, los medios de comunicación escritos más importantes a nivel mundial (The New York Times, The Washington Post, The Economist, The Guardian, Der Spiegel, etcétera) han dicho que el objetivo del ataque fue minar las comunicaciones de la milicia de Hezbollah y hacerlos sentir vulnerables. Puede ser; sin lugar a duda, eso causó. Pero una operación de ese calibre es increíblemente compleja y, conociendo por reputación al Mossad, me parece que, a pesar del escándalo, las bajas fueron pocas, algo que no me cuadra en la relación costo-beneficio. Es como golpear un avispero.
Me puse a darle vueltas y, con mente matemática y acostumbrado a pensar objetivamente, me di cuenta de que el objetivo de Israel era otro: no solamente hicieron que muchos de los milicianos de Hezbollah salieran del anonimato (porque la mayoría tuvo que ir a hospitales por quemaduras faciales y en los brazos, miembros amputados, etcétera), donde fueron registrados en bases de datos que son fácilmente accesibles para el Mossad aunque estén del otro lado del mundo, sino que también, usando técnicas estadísticas muy simples, pueden calcular el tamaño de la estructura de Hezbollah, (aunque solo una pequeña fracción de ellos haya buscado atención médica). Este problema es similar a un problema muy viejo de muestreo que consiste en estimar cuántos peces hay en una laguna sin tener que contarlos a todos. Si yo sé hacerlo, qué no sabrá hacer el Mossad.