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Algunos apenas se levantan unos palmos del suelo, mientras que otros ya han crecido lo suficiente como para empezar a producir; pero todos encierran la promesa de una cosecha menos afectada por los vaivenes de un clima cada vez más difícil de predecir.
«En años anteriores había muy marcado cuando era la época de verano o la de lluvias», le explicó Duarte a BBC Mundo durante una visita a su finca de Mesitas del Colegio, en el céntrico departamento colombiano de Cundinamarca.
«Pero en este momento no hay definido cuando son las épocas de lluvias o de verano. Varía mucho y (las estaciones) son mucho más intensas», agregó el productor cafetalero, quien lleva más de 26 años dedicado a esta actividad.
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Menor cosecha
Duarte ha estado renovando sus cafetales desde 2008, para adaptarse al cambio climático.
Y como consecuencia, las plantas de café también han estado recibiendo menos sol y se han visto expuestas a menores temperaturas, factores todos que incrementan el riesgo de enfermedades como la roya y repercuten en el volumen de producción y la calidad del café.
De hecho, según la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, como resultado de las lluvias de este año, la producción se reducirá en un millón de sacos con respecto al año anterior.
Y la cosecha de 2010 ya había sido inferior en casi dos millones de sacos a la del año precedente, cuando el país no se vio afectado por una ola invernal.
Esto implica una reducción de la producción de cerca del 30% del que todavía es el principal producto agrícola de exportación de Colombia.
Y empresas como la norteamericana Starbucks ya han manifestado su preocupación por lo que esta tendencia puede significar para la futura disponibilidad de café arábico suave, como el que se produce en este país suramericano y en la vecina Centroamérica, que también enfrenta problemas similares.
Los caficultores colombianos, sin embargo, creen que parte importante de la solución está en los jóvenes cafetos con los que Duarte está renovando su plantación.
Café Colombia
Este año Colombia producirá un millón de sacos menos que el año pasado.
Con información de la BBC
Estos pertenecen a una variedad especial desarrollada en Colombia luego de décadas de investigación.
«La variedad Castillo no solamente fue desarrollado como variedad resistente a la roya, es resistente a la humedad en general», le explicó a BBC Mundo el gerente de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, Luis Genaro Muñoz.
«Pero al mismo tiempo es una variedad que en condiciones normales de clima tiene altísima productividad», agregó.
Según Muñoz, la meta de la Federación es garantizar el uso de esas variedades por al menos el 90% de los caficultores colombianos en un período de cuatro años.
Pero la renovación de cafetales sólo es parte de la respuesta.
Y hay tanto en juego y el tema de la adaptación al cambio climático es tan importante que el congreso anual de la institución –que este año coincide con la Cumbre de Durban- tiene como lema «Por una caficultura climáticamente inteligente».
«Aquí inicialmente nos defendemos contra la humedad, con la variedad (Castillo). Pero sin duda alguna (para hacerle frente a las variaciones del clima) también hay que trabajar en la estructura y en la arquitectura de los cultivos mismos», le dijo Muñoz a BBC Mundo.
«Hay que trabajar en el manejo del sombrío, por ejemplo, en el sentido de que el sombrío sirve de paraguas o de sombrilla y lo que hay que hacer es manejarlo. Uno puede podarlo si necesita que la luz aumente o dejar crecer las ramas cuando necesita lo contrario», explicó.
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Diversidad geográfica
Para el directivo de la Federación de Cafeteros, que agrupa a más de 553.000 familias dedicadas a la actividad, Colombia también tiene que desarrollar modelos cada vez más adaptados a las especificidades de cada región.
«Habrá sin duda alguna en la medida que va cambiando el clima algunas zonas que no eran propicias para el cultivo de café que se va a volver propicias… como hay otras zonas que puede ser que estén saliendo»
Luis Genaro Muñoz, Federación de Cafeteros de Colombia
Y es que los problemas causados por el cambio climático no se viven con la misma intensidad en todo el país.
A nivel nacional, por ejemplo, la lluvia ha superado en un 37% el promedio histórico de precipitaciones pluviales, pero en el departamento de Norte de Santander el aumento ha sido mucho mayor (85%).
Y mientras que el departamento de Antioquia vio reducirse la exposición a luz solar en un 30%, el promedio nacional es de «apenas» la mitad.
De hecho, la diversidad geográfica de Colombia y el surgimiento o consolidación de nuevas zonas cafeteras en el sur (en los departamentos de Cauca, Nariño y Huila) y el norte del país (en Magdalena y Cesar), ha contribuido en gran medida a evitar un mayor desplome de la producción.
Y es una de las razones -junto a los actuales buenos precios del café-por las que, a pesar de todo, la caficultora colombiana ve el futuro con optimismo.
«Habrá sin duda alguna en la medida que va cambiando el clima algunas zonas que no eran propicias para el cultivo de café que se va a volver propicias… como hay otras zonas que puede ser que estén saliendo», reconoció Muñoz.
El reto es adaptarse. Pero eso es algo que los caficultores colombianos lo han venido haciendo desde siempre.