Colima.- En 1957, un escritor estadounidense que firmaba sus obras como Dr. Seuss ideó “El Grinch”, un personaje cuya razón de ser era odiar la Navidad y todo lo que conllevaba. Desde la aparición de la película protagonizada por este personaje, en el año 2000, se popularizó el apodo para los que por alguna razón no simpatizan con las tradiciones navideñas. AFmedios indagó sobre los motivos para despertar al Grinch que muchos colimenses llevan dentro.
Los colimenses sondeados se refirieron específicamente a los aspectos que odian de la época navideña: reuniones familiares, compras, el aumento de peso, el decorado de las casas, la pirotecnia, los balazos, el exceso de comida y bebida…
Algunos odian la gran cantidad de fiestas simultáneas que atiborran sus agendas. Pero algunos detestan otras cosas de los festejos, además de la simultaneidad.
“Mis tíos, como ya están grandes, no aguantan la desvelada y se meten temprano” (Horacio, 24 años).
“Que lleguen los policías a callar el ambiente cuando se está poniendo bueno” (Ulises, 21 años).
Las compras, y todo lo que implican (tiendas abarrotadas, tráfico peatonal y vehicular y, sobre todo, gastos) también son vistas con recelo.
“No me gusta la necesidad que se genera de comprar y poseer más, la idea de que entre más regalos recibas, más feliz sientes que estás”. Carla, 25 años.
“No me gusta la gastadera”. Jesús, 24 años.
El exceso de bebida y comida gusta a muchos, pero hay quienes ven magnificados sus inconvenientes:
“Cada año subo cinco o seis kilos; mi ropa nunca me queda en enero, y tengo que esforzarme muchísimo, y gastar muchísimo para recuperar cierta línea. Y cada año se hace más y más difícil reponer el cuerpo de los excesos. Yo lo que odio es que son inevitables”. Mario, 33 años.
“Los pleitos de borrachos. Una vez me tocó que se pelearan afuera de mi casa, hasta con cuchillos se dieron. Al día siguiente me tocó ver en mi banqueta mucha sangre. Malditos borrachos”. Teresa, 45 años.
La nostalgia y la melancolía tienden sus lazos con especial facilidad en esta época. Y hay gente a la que las alusiones navideñas les remueven hondos y dolorosos recuerdos.
“Mi mamá se murió en Nochebuena. Cada 24 de diciembre me acuerdo del hospital y de las jeringas. En lugar de regalos del Niño Dios, en mi casa hubo un velorio”. Juana, 27 años.
“A mí me dejó mi novia en una posada. Se fue con un amigo. Y la quería más que nada en la vida. ¿Tú crees que puede gustarme esta época?”.
Si bien la pirotecnia y la pólvora alegran a muchos, hay quienes detestan con todo su ser esta estruendosa manifestación de júbilo, particularmente los balazos del 31 de diciembre.
“No me gusta de año nuevo que las personas tiren balazos debido a que pueden lastimar a alguien. De igual forma tanto, en Navidad como Año Nuevo, me desagrada la idea de que los niños truenen cuetes y los padres se desatiendan de ellos”. Minerva 22 años.
Y tú ¿tienes motivos para unirte al Club Grinch?
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