Escollera
Por: Edgar CAZARES
*Muy triste el panorama que se ha cernido sobre nuestro estado, especialmente sobre Manzanillo, por los casos de COVID-19 que cada día aumentan irremediablemente.
No obstante lo anterior no debe extrañarnos: si bien es de destacar el esfuerzo en temas sanitarios de las autoridades, sobre todo del gobierno federal y del estatal, y más aún por el arrojo y valentía de personal médico, la actitud ciudadana –no de todos, pero sí de muchos- desentona por completo.
Aún es posible ver en lugares públicos, plazas, mercados y tianguis personas que pasean como sin nada, recurriendo a aquel adagio, inadecuado en estos tiempos, de “a mí no me pasa nada… esto es un invento del gobierno”. Ya abundan los ejemplos, que se cuentan por miles, que esto es grave y que puede propiciar la muerte de quienes padecen tal enfermedad.
Urge una reflexión colectiva que nos lleve al final del día a acatar las disposiciones de las autoridades, especialmente a entender que debemos asumir la postura rigurosa del aislamiento social, de salir de casa a menos que sean no solo necesario sino urgente. Las cifras en el país no son alarmantes pero día con día suman más casos, es decir, la tendencia es el aumento y en algún momento ese crecimiento de incidencias puede ser exponencial.
Porque el peor de los escenarios, el que más temen las autoridades, es que ante un número de casos numeroso el de por sí endeble sistema de salud nacional colapse. Ya vemos pues que la autoridad, política y sanitaria, está poniendo todo de su parte, también tenemos que el personal médico está asumiendo con valentía su compromiso –manteniendo su juramento a Hipócrates- ahora solo falta que el otro componente, la gente, las familias, la sociedad, hagan lo que le corresponde si es que no queremos convertiros en un nuevo epicentro y hacer de México un país de luto generalizado. En nuestras manos está parte de la solución.
APUNTES DESDE LA COSTA
*Y de repente me encuentro con que Manzanillo es el “epicentro” ya del coronavirus en la entidad. No es por alarmar a nadie –quien me conoce sabe que soy enemigo declarado, periodísticamente hablando, del morbo y el amarillismo- pero en mi amado puerto es donde más casos de COVID-19 se han registrado hasta al momento y lo que es peor la única ciudad de todo Colima donde lamentablemente ha muerto gente. Lo que hace unos meses nos sonaba como una historia macabra distante hoy se ha instalado como un riesgo latente en la localidad. Más obligados estamos los porteños a extremar esas medidas de higiene y seguridad. Mañana, no es exagerado decirlo, puede ser demasiado tarde.
*Lamentablemente el capitán Andrés Martínez Córdova murió recientemente. Tuve oportunidad de convivir con él porque que ocupó diferentes puestos en la función pública. Con su habitual acento costeño siempre se dirigió para con un servidor, cuando hubo ocasión, con mucho respeto y dejando constancia de su total capacidad para atender y explicar temas relacionados con Protección Civil. No en vano era el encargado del Centro de Emergencia Portuaria de API. Fue él quien apuntaló la modernidad en dicho complejo y, mejor aún, quien consumó el acercamiento de éste para con la ciudad. Un trabajo por el cual la ciudad le deberá recordar por siempre. Descanse en Paz. Sus comentarios por favor a edgar.cazares.afmedios@gmail.com