Diario de Educación
Por: Juan Carlos Yáñez Velazco
Karen Rechia, maestra brasileña, expuso a Jorge Larrosa su interés en descubrirle en su faceta como profesor, no de autor o conferencista, como es reconocido en España y varios países latinoamericanos.
Ella quería conocerle en su medio, en el aula. Él la invitó a visitarle en la Universidad de Barcelona. Con sus medios y el apoyo de colegas, Karen partió de Brasil y se implicó en la aventura de observar y escuchar las clases de Larrosa durante los meses de febrero a junio de 2015, colaborando con él en el trabajo de tutorías y conversando un día, los viernes, sobre los apuntes que ella tomaba de manera copiosa.
Al año siguiente él la invitó a la presentación de los trabajos finales de los estudiantes. Allí pensaron en la posibilidad de aprovechar las notas de Karen. El resultado de un largo proceso de revisión, depuración y ordenamiento concluyó en un libro estructurado como diccionario con palabras clave en el discurso y el quehacer pedagógico del profesor catalán, como amor, aula, autoridad, basura, disciplina, estupidez, palabras, pensamiento, sermón, tutorías, universidad y zombi. Distinguen entre esas palabras y otras cuestionadas en el universo pedagógico de Larrosa, como aprendizaje, alumno, calidad, comunicación, investigación, objetivos o utilidad.
La obra se lee como una conversación, con niveles de profundidad diferentes, que van desvelando las pistas para imaginar a Jorge Larrosa en su aula, explicando, leyendo de pie a sus estudiantes, analizando las películas que elige para enriquecer los cursos o examinar los contenidos desde otras dimensiones.
Es un ejercicio estupendo que podría guardarse en la biblioteca al lado de las conversaciones entre George Steiner y Cécile Ladjali, o los libros entre Paulo Freire y Donaldo Macedo o Paulo Freire y Antonio Faundez.
P de profesor, se llama el libro, y cumplió el objetivo original: descubrir algunos de los “modos de hacer como profesor de la universidad” de Jorge Larrosa, autor, entre otros libros, de La experiencia de la lectura, Pedagogía profana, Elogio de la escuela y Entre pedagogía y literatura.
Además del placentero viaje en el diccionario pedagógico de los autores, es una invitación seductora, y urgente, a preguntarnos: ¿qué significa ser profesor universitario hoy?