El premio Ignacio Manuel Altamirano 2011 tuvo un proceso de selección transparente y abierto a todos los docentes en Colima que hacen de su vocación un ejemplo por la dedicación, profesionalismo y entrega con que se desempeñan, afirmaron las ganadoras de esta presea al ser entrevistadas en torno a dicho estímulo.
Este premio se entrega anualmente a la mejor maestra o maestro de cada nivel de educación básica en cada estado del país que participa en el programa de Carrera Magisterial y que obtienen las más altas puntuaciones en la evaluación global correspondiente al ciclo escolar anterior al año en que se otorga el reconocimiento.
Los ganadores de cada entidad asisten a la ceremonia del 15 de Mayo en la residencia oficial de Los Pinos, ante la presencia del Presidente de la República, del Secretario de Educación Pública y de la presidenta del SNTE, Elba Esther Gordillo Morales, donde reciben además de la presea, un estímulo económico.
María Guadalupe Preciado Brizuela, quien tiene 13 años de servicio y actualmente trabaja en el jardín de Niños Dr. Miguel Galindo del turno vespertino, se dijo orgullosa de que se reconozca la labor, aunque aclaró que no implicó un esfuerzo extraordinario, sino la suma de cumplir de manera continua la obligación como docente, tal y como lo ha venido haciendo desde que empezó su carrera profesional, por lo que representa un orgullo muy grande por el reconocimiento a la labor docente cotidiana.
“Me siento más comprometida por querer hacer mejor las cosas, seguir perfeccionando, por buscar mis áreas de oportunidad para seguir creciendo no sólo en lo académico sino profesionalmente para mejorar mi quehacer educativo”, expresó la maestra.
Por su parte, Claudia Elena Evangelista Salazar, quien da clases en la primaria Adolfo López Mateos, en el turno matutino, e inició su carrera profesional hace 6 años, mencionó que es una gran satisfacción porque es el resultado del trabajo de los alumnos y el apoyo recibido de los padres de familia, directora y del personal que labora en la escuela.
Consideró que este reconocimiento también debe servir de motivación para que otros maestros se superen y lo ganen, ya que es una oportunidad muy grande que se da al permitir a todos los docentes participar de este tipo de reconocimientos.
Después de 20 años de trabajo constante al frente del aula, María del Socorro Cervantes Gallegos, quien da clases en la escuela secundaria Técnica No. 23 “20 de enero de 1527”, dijo que el premio implica también un compromiso de seguir sirviendo a la escuela pública, a los alumnos, padres de familia y sociedad en general, rindiendo frutos de la profesión que eligieron para contribuir a tener una mejor sociedad.
“El solo hecho de ser tomadas en cuenta para ser propuestas al premio, ya es un estímulo para cada participante, admitió la maestra, quien recordó que el sistema educativo es muy generoso ya que ofrece gratificaciones de vida”, agregó.
Explicó que mantendrá su compromiso de servicio y vocación porque está convencida de que es una profesión que ayuda al desarrollo humano, que es la parte más rica que se tiene como sociedad.